Tenía que suceder tarde o temprano. El llamado «monstruo» disfrutaba de la sensacional puesta en escena del grupo británico Simply Red, la cual sin lugar a dudas ha sido la mejor presentación en lo que lleva este festival, pero tras no ser escuchado, despertó con una terrible furia. Pero… ¿Cómo no iba a despertar si quedaron muchos éxitos en el tintero?
Fue tal la pifiadera que hasta Soledad Onetto reprobó: su nerviosismo no pasó la prueba. La vimos lucirse las noches anteriores con fluidez y simpatía, pero al presentar la Competencia Folckórica, vaciló, leyó casi de corrido y no tuvo un segundo de espontaneidad, la cual le caracteriza. Inclusive en vez de decir «Competencia» dijo «Conferencia», sencillamente para el recuerdo. Camiroaga por su parte, atinó a disculparse, bien o mal, tenía razón, el grupo había desmontado su equipo, ¿pero pedir perdón? Estaba demás. Titubeó, pero pasó mejor la prueba que Onetto. De algo deben pesar los 21 años de trayectoria.
Las pifias continuaron luego de la Competencia Folckórica y si realmente online slots en TV escucháramos el sonido real de la Quinta, como se oía en Radio Cooperativa, no habríamos Her kan man spille casino rulett eller Punto Banco samtidig som det hele kringkastes direkte fra Portomaso Casino pa Malta. oído nada de nada. Menos mal que aún recordamos y cantamos los pocos éxitos de Paolo Meneguzzi, que de no usar el mix de canciones, habría sido presa del monstruo. Pero tampoco bastó su escaso repertorio, a la primera pausa, Onetto osó en consultarle al público y el ¡No! se escuchó hasta en la Antártica. Se salvó porque en la galeria estaba repleta de mujeres, de lo contrario habría pasado a la historia en ser el primer artista en nacer y morir en Viña del Mar. Una lástima, no se llevó ni una antorcha, y eso que las regalan a cualquiera que pise la Quinta.