La noche del miércoles, en el penúltimo capítulo de “De tú a tú”, Martín Cárcamo visitó a Fernando Solabarrieta en su casa, para conversar de algunos de los momentos más importantes de su vida, entre ellos el tiempo en que el periodista fue despedido de TVN por los excesos.
En 2015, Fernando Solabarrieta deja TVN. Luego regresó, pero el 2020 salió nuevamente el canal estatal. “Lo de TVN es una historia más profunda”, declaró el periodista. “Yo fui de los que me divertí mucho”, incluso su señora correteaba a sus amigos, hasta que entendió que la mala influencia era él. “Llegó un momento en que ya casado, con hijos, logré cambiarlo, pero no totalmente. Había siempre un momento en el año, en mi vida, donde yo pasaba el límite, me excedía. Pensé que no tenía un problema porque era súper esporádico, pero lo tenía. Y cuando sucedió lo de TVN, que fue eso, una irresponsabilidad, un exceder el límite. Además, querer responder cuando no debía, cuando debía haberme excusado”. Era su último día, antes de vacaciones, pero no recordó que ese viernes le tocaba salir en vivo en el noticiero central, por lo que él ya estaba celebrando.
“No debí haber ido. Salió todo mal. Cometí una inmensa irresponsabilidad. Me disculpé con un canal que adoro. Y en ese momento entendí que tenía un problema y que me tenía que hacer cargo de ese problema. Hacerme responsable de esa situación. A partir de ahí inicié un proceso de autoconocimiento, de reflexión”. Se fue de TVN entendiendo que lo que había pasado era muy grave. Habló con su mujer, Ivette Vergara, con sus padres y pidió ayuda.
“Soy la misma persona, uno no cambia totalmente, pero te das cuenta que hay cosas en tu vida que ya no son graciosas, que ya no son un carrete, son una irresponsabilidad, un exceso”, y añade que “lo que yo puedo entregar con mucha honestidad es un testimonio de que hay que hacerse cargo de esas cosas, no tenerles miedo, y trabajarlas en un proceso, sentarse y sacar tu mi*rd* de adentro. Cuando uno llega a esos excesos es porque algo en tu vida está pasando y en algún momento te quieres anestesiar. Y una de las cosas que he aprendido es que yo no puedo lidiar con mi pena, me cuesta mucho y la bloqueo, la esquivo, la evado. Y cuando ya no puedo más con la pena, sin saberlo porque es un proceso inconsciente, llega el momento de anestesiarme (…) Soy un gran evasor de la pena, y hoy día la transito para que no se me acumule y salga con furia como un volcán a través del esto (y muestra un vaso). Tú me entiendes”.
Solabarrieta concluyó que “es un trabajo largo, arduo, pero es hermoso. Es volver a reinventarte en la vida. Es simplemente trabajar en mí y hacerme responsable de mis cosas y no generar tristeza y dolor a la gente que tú quieres por alguna situación en donde no tengas control y excedas los límites y seas un pelotudo. No quiero más eso, me hacía mal”.