La actriz interpreta a Antonia, la novia de Camilo (Simón Pesutic) que iba junto a él y Benjamín (Augusto Schuster) arriba de la camioneta cuando atropellaron a los hermanos Salgados. Ese detalle se había mantenido oculto ante Samuel (Juan Carlos Maldonado), su nueva pareja, pero hace solo unos días, el secreto finalmente salió a la luz.
En conversación con Fotech.cl, Fernanda Ramírez dio cuenta del futuro de su personaje en «Juegos de Poder» y cómo enfrenta este nuevo escenario nocturno en el que Mega ya no corre solo, sino que la competencia le salió en el camino.
¿Cómo ha sido el desafío de interpretar a Antonia? ¿Cómo te preparaste para este personaje?
La verdad, moviéndome al ritmo de la teleserie, a medida que avanza la historia. A uno no le entregan la historia completa, entonces no es posible armar un arco dramático y no saber el final de tu personaje. Entonces, fluyendo con la historia, con las nuevas aristas que se van abriendo.
Tu personaje es bien distinto a la Augusta de Perdona Nuestros Pecados, emocionalmente hablando…
Es un poco agotador porque está atrapada en esta mentira que es como una bola de nieve que ha seguido creciendo, que va acumulando y acumulando emociones que pueden ser un poco agotadoras de interpretar. Son escenas demandantes, todas las escenas son demandantes.
En ese sentido, ¿qué personajes prefieres interpretar?
Encuentro mucho más entretenidos los personajes antagónicos, porque la gracia del antagónico está en que aunque genere rechazo y la gente te odie, igual en el fondo hay un deseo de verte. Es como la odio pero igual me gusta. O que generen expectativas, igual es un cariño, a pesar de este rechazo por ser el antagónico. Pero por eso son entretenidos porque hay una dificultad extra, si bien ser odiosa no dejar de ser empática a ciertos momentos.
¿Cómo se viene el futuro de Antonia ahora que descubrieron su secreto?
Honestamente no tengo idea, jajaja. Es una incógnita para mí también. Nosotros seguimos grabando y, al igual que los televidentes, me voy sorprendiendo. Me imagino yo que hay un quiebre, porque es lógico. Estaba meses mintiendo con algo tan delicado, obviamente tiene que producirse un nuevo conflicto que haga más interesante la historia y que permita un desenlace aún más inesperado.
De cierta manera, ¿crees que la teleserie refleja un poco lo que son las cúpulas de poder en nuestro país?
Sí, claro. De alguna manera logra mostrar, y yo creo que muy mesuradamente, cómo funciona la política, el periodismo en estas esferas privadas donde el común de la gente no tiene acceso. Al verlo en la ficción, uno quizás le baja un poco el pelo a la situación, pero la verdad este tipo de cosas suceden.
¿Cómo visualizas el escenario nocturno, donde hoy Mega tiene competencia con Chilevisión y Canal 13 directamente.
En realidad creo que es súper importante que se esté haciendo ficción en el lugar que sea. Creo que es bueno para todo el mundo, para el gremio, para los equipos técnicos… La verdad me parece súper interesante y súper desafiante porque significa que tenemos que ponernos las pilas y generar contenido que sean interesantes, que estén a la altura. Y más allá de la competencia directa que tenemos hoy día con Canal 13 y Chilevisión, o lo que sea, hay otras cosas también. La gente está prefiriendo otras cosas, está viendo internet, está viendo otro tipo de contenidos también, en HBO o Netflix. Creo que más allá de la competencia directa, hay que entender que las producciones audiovisuales, o la manera de verlas, está cambiando o ya cambió.
Te hemos visto en horario vespertino y diurno, ¿cuál es tu favorito?
El nocturno porque a nivel de guión y de dirección también, se pueden tomar temáticas un poco más realistas, más oscuras, más tridimensionales, más realistas. La vespertina es un horario que es familiar, hay niños, donde quizás no se pueden tocar abiertamente todos los temas que uno quisiera, son más livianas, que también son muy entretenidas y la que más visibilidad te da. Pero la nocturna, por el peso de sus tramas, por el tratamiento que tienen, para mí como actriz, son más interesantes de hacer. Sin desmerecer la de las ocho, no tiene que ver con eso, son un lenguaje totalmente diferente.