Hay procesiones que se llevan por dentro. El ex rostro de la señal del grupo Turner, y que actualmente forma parte del equipo de ADN Radio y del diario AS, sabe de aquello. Por eso, dejando de lado la vergüenza que trae consigo reconocer públicamente su “depresión biológica endógena”, decidió expresar a través de twitter lo que es padecerla tras enterarse de la muerte de unos estudiantes.
“Las últimas semanas se murieron tres cabros, estudiantes de la Universidad de Chile, cabros entre 18 y 24 años; a uno de ellos lo conocía. Eso, más el interés parlamentario sobre la salud mental, me motivó a hacerlo. Mi interés no fue iniciar una cruzada, sólo quise compartirlo por si a alguien le hacía sentido”, explicó el profesional.
Arcos, hoy de 41 años, padece la enfermedad desde la adolescencia, pero recién a los 21 comenzó a tratársela “cuando entré a trabajar y tuve lucas para hacerlo… Por suerte no empastillo demasiado. He ido cambiando, explorando con nuevos medicamentos hasta encontrar lo que mejor me hace. No hay una receta, la depresión es diferente en cada persona”, contó Cristián Arcos a LUN.
Tras su revelación en la red social, recibió muchos mensajes de apoyo. “Me escribieron ene, un montón de personas, pura gente que no conozco. Ahí te das cuenta que hay interés en el asunto, que hay más personas de las que uno cree (con depresión). Es una enfermedad media invisible, donde puedes ver todos los días a esa persona y no imaginar que tiene un tratamiento de depresión”, relató Arcos.
Sobre la misma, el periodista explicó que es una enfermedad que lleva a estigmatizar a las personas. “No es fácil decir en la pega que eres depresivo, te van a dar menos cosas o piensan que vas a tirar un montón de licencias, piensan que tienen que tratar de un modo distinto, te dejan de invitar a cosas porque es medio depre, como si casi se contagiaran, lo que es una profunda ignorancia”. Cuenta que jamás faltó a trabajar por la depresión. “Debí hacerlo, pero tuve miedo. Me preocupa que hay mucha gente que de verdad no puede porque si piden licencia los tratan de flojos o atadosos. En apariencia te apoyan todos, pero hay un castigo subterráneo”, explicó al matutino.
Durante todos estos años de tratamiento, Cristián Arcos dijo que aprendió a cómo sobrellevar su depresión. “Hay que asumirla, que no pasa nada, que puedes hacer tu vida y todo lo que quieras, pero cuidándote, tratándote. No quiero parecer victimizándome porque es lo que uno menos quiere”. Agrega, además, que “no hay culpa, que uno no puede solo…Que la nube negra no dura para siempre así como la luz tampoco… Antes me daba vergüenza admitir la depresión; ahora no. Lo puedo controlar y me trato con la responsabilidad de un gallo adulto”.
En Chile el pobre no puede deprimirse. No le otorgan licencia, no puede faltar a su trabajo, no puede costear un tratamiento ni los medicamentos. El resultado es nocivo para la persona y su núcleo familiar y laboral. Es urgente humanizar el tratamiento a la depresión.
— Cristian Arcos (@carcosmorales) April 24, 2019