Esta noche el cantante estará como invitado en «Los 5 Mandamientos», el programa de conversación que conduce Martín Cárcamo en Canal 13. En la ocasión, el ex animador de «Mucho Gusto» contará sobre su nueva vida en Miami y entregó divertidos detalles de cómo él mismo vendió su casa.
El comunicador contó en el espacio que la decisión de trasladarse a Miami fue de su esposa. «La Silvana siempre quiso vivir en Miami, porque estudió allá. También tengo un hijo que se recibió y vive en Miami, entonces al final faltaba yo no más», explicó.
«Cuando aterrizamos y llegamos a este nuevo domicilio sentí que podía tener un segundo aire, como jugar un segundo tiempo, como partir de cero, esa sensación de que vas a conquistar algo y que podría haberse quedado en la inercia», agregó Jara.
Tan de cero que el animador vendió su casa, y él mismo fue quien se la mostró al comprador. «Me tocó a mí cerrar la puerta por última vez», recordó.
«Cuando va el probable comprador, él no sabía que yo era el dueño de casa. Yo en mi casa siempre ando con bata. Al tipo le mostré toda la casa, se la vendí y le digo ‘por favor toma asiento. Yo no te estoy vendiendo una casa: yo te estoy vendiendo un hogar’. Esa casa para mí es muy significativa, muy simbólica, es un lugar que tiene emociones, hay una energía. De repente le digo ‘Ven, te voy a mostrar mi dormitorio’. Entra, lo hago sentarse, y le digo: ‘Esta pieza está llena de sexo. Aquí te vas a volver loco. La energía que te estoy dejando no tiene precio'», contó entre risas.
Incluso cerró su academia de canto, que ya no funcionaba por haberse visto afectada por el estallido social. «Nuestra academia tuvo 23 años de existencia, pasaron más de 2 mil jóvenes, estaba ubicada en plena Plaza Italia. Entonces esta revolución la vimos muy difícil al entender que los papás no podían ir a dejar a sus hijos. La Silvana la dirigía, era un proyecto personal, familiar, y dijimos ‘hay que cerrarla'».
«Es cerrar un círculo de algo que en rigor me había hecho feliz. Hay que cerrar ciclos y atreverse a no quedarse pegado en la nostalgia, sino que mirar hacia adelante, que es lo que hemos hecho como familia, y también yo como hombre. Tengo 55 años y probablemente estoy jugando los 15 minutos del partido, ya no estoy como figura de Sábados Gigantes», concluyó.