Una nueva película sobre Michael Jackson está dando mucho que hablar. Si antes fue “Leaving Neverland” la que levantó gran polémica al revelar los posibles abusos sexuales con menores que el cantante pudo haber cometido, ahora es el turno del documental “Killing Michael Jackson”, al enfocarse en los detalles escabrosos que la autopsia del rey del pop dejó al descubierto.
En la cinta, el detective Scott Smith, de la Policía de Los Ángeles, revela por ejemplo que no tenía cabello, y que cada vez que aparecía en público lo que llevaba era una peluca. “Cuando vi su cuero cabelludo observé cómo la parte superior de su cabeza estaba calva. Además, tampoco tenía casi ningún pelo en los costados”, afirma el oficial en la película. Todo parece indicar que su calvicie fue producto de las quemaduras que Jackson sufrió en la cabeza a causa de un accidente ocurrido mientras grababa un comercial de Pepsi en 1984.
En el documental también se da a conocer que tenía un tatuaje que le oscurecía la zona superior del cuerpo, aparentemente para disimular la ausencia de cabello. Pero, además de su calvicie, la anatomía del intérprete fallecido el 25 de junio de 2009 estaba completamente cubierto de cicatrices y señales que evidenciaban las numerosas cirugías a las que se había sometido, con marcas detrás de las orejas, en la nariz, la base del cuello, los brazos y las muñecas, más un largo etcétera.
A 10 años de su desaparición, las películas sobre un Michael Jackson con demasiadas operaciones, adicción a las drogas y aparentes abusos sexuales están impidiendo que el más famoso de los artistas del pop pueda descansar en paz.