Participó de la segunda temporada de la serie que actualmente exhibe TVN, y también adaptó la versión local de “Pulseras Rojas”, además ha estado detrás de producciones como “Gen Mishima”, “Volver a Mí”, “Vida por Vida”, “Amar y Morir en Chile”, “Prófugos” y “El Reemplazante”. Te invitamos a conocer algo más de Enrique Videla en la quinta edición de “Zona de Guionistas”, sección que se realiza en nuestro foro Área de Ficción Virtual.
¿Cómo y cuándo comenzó tu pasión por la escritura y lo guiones? ¿Recuerdas tu primer borrador? ¿Se concretó alguna vez en alguna serie, teleserie o libro?
Empecé quizás a los once o doce años haciendo de todo, cuentos, cómics, obras de teatro con mis amigos del colegio. A los dieciséis estaba desarrollando cosas más ambiciosas, como una mega historia de narcotráfico, venganza y asesinos a sueldos, con una docena de personajes principales y que, además, iba a ser transmedia, una novela y simultáneamente una película. En la dura realidad, alcanzó a ser un libro incompleto y un cortometraje bastante malo que se filmó en un día. Hace poco, volví a leer unos capítulos de la novela y creo que dentro de todo tenía cosas buenas, así que, ¿Quién sabe? Puede que la termine algún día.
¿Cómo evalúas la experiencia de escribir series y cómo te evalúas como guionista desde entonces? ¿Sientes que has aprendido y/o evolucionado profesionalmente?
Trabajar profesionalmente te obliga a salir de tu ‘zona cómoda’ constantemente y eso siempre es una experiencia valiosa. Cuando te contratan para entrar en el proyecto de alguien más, tienes que respetar el espíritu, pero también apropiarte del proyecto y hacerlo tuyo. Eso te obliga a hacer investigación sobre temas que a lo mejor no te interesaban en principio y en muchos casos, aunque no siempre, esas situaciones se transforman en la oportunidad de encontrar nuevos lenguajes y nuevos estilos en lugares impensados.
Como guionista es de suponer que tienes ideas en mente para historias o incluso posibles ideas originales que podamos ver en un futuro para televisión ¿Cuál es tu mayor fuente de inspiración para crear esas historias?
Esa es una pregunta difícil de contestar, porque esencialmente las ideas pueden venir de cualquier parte. De la experiencia personal, de canciones, de noticias, de conversaciones. Las ideas están, literalmente, en todas partes. Creo que con la cantidad de estímulos que tenemos todos los días, no es difícil encontrar inspiración para historias, lo realmente difícil es reconocer cuales vale la pena contar.
¿Cómo evalúas la ficción en la televisión hoy en día? ¿Crees que ha sido una evolución o una involución?
A nivel mundial, la ficción televisiva está pasando por su mejor momento y hay que disfrutarlo mientras dura. Desde las series de HBO y AMC que llevaron el medio a un nivel artístico muy superior, al formato DVD que cambió la manera de ver series y lo hizo más similar al cine, el medio alcanzó una credibilidad que antes no tenía. Pero pronto el lenguaje va a evolucionar de nuevo. Hasta hace poco, se pensaba que la miniserie estaba muerta porque no era rentable, pero ahora tenemos productos como “True Detective” que son muy exitosos y tienen más que ver con la gran miniserie que con la serie de TV. El formato Netflix que abandona la idea del capítulo semanal y saca todos los capítulos simultáneamente, va a tener un impacto a largo plazo en la manera de narrar porque te obliga a preguntarte, ¿Qué se está escribiendo? ¿Una serie de 12 capítulos o una película de 12 horas? Son cosas muy distintas. Si es que estos nuevos cambios van a ser una evolución o una involución a la larga, es una discusión que está abierta.
¿Qué género te atrae más escribir? ¿En cuál te gustaría incursionar más?
Creo que mi género favorito es la historia de aprendizaje, lo que los alemanes de manera tan específica llaman el ‘bildungsroman’. Son historias que hablan sobre conocer el mundo por primera vez y tienen personajes que son adolescentes o viven una adolescencia emocional. Lo que me gusta del género es que tiene temas universales como el crecimiento, el amor, la educación, pero también se puede mezclar exitosamente con cualquier otro género. Las historias del Instituto Porvenir en “Gen Mishima” tenían algo de eso en clave ciencia ficción cotidiana, pero también se pueden tocar esos mismos temas en entornos realistas como el colegio Príncipe Carlos de “El Reemplazante” o el hospital pediátrico de “Pulseras Rojas”.
¿Para qué tipo de público y horario prefieres escribir?
El horario nocturno tiene ventajas porque te permite más libertad en términos de contenido, pero si las series terminan después de las doce de la noche y los horarios se cambian de acuerdo a las necesidades del canal, se hace imposible generar lealtad en el espectador. Supongo que un horario ideal sería después de las diez, pero no después de las doce y manteniendo regularidad en esos horarios.
Continúa leyendo la entrevista AQUÍ.