A aproximadamente un mes de haberse presentado por primera vez en el escenario de la Quinta Vergara, en el contexto de la edición 2023 del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, Belén Mora analizó la difícil experiencia que le tocó vivir.
Fue en conversación con Revista Sábado, que la comediante se refirió a los abucheos que recibió por la rutina presentada en el certamen viñamarino. «Mucha gente me preguntó si me había quedado hasta el final porque pensaba que lo iba a dar vuelta, pero no», aclaró de partida.
«Me quedé porque quería ver de dónde venían las pifias, porque no las veía, solo las escuchaba», aseguró, agregando que posteriormente junto a su pareja y su hijo, viajaron a una zona rural de la Región de O’Higgins para descansar y despejarse.
Mora contó que «dedicamos un día, nos tiramos en el pasto como a las cuatro de la tarde, a la sombra de un árbol y dijimos: ‘ya, hablemos de todo, hablemos de la huevada’. Ahí descansé, decanté, lloré, analicé, profundicé, reflexioné, pensé en mi hijo. Venía con una acumulación de emociones contenidas tan grande, que Viña fue la gota que rebasó el vaso. Ahí bajó todo y empecé a llorar por cada cosa… boté, boté, boté, boté».
Belén Mora se refiere a su salud mental
«Tengo trastorno bipolar», afirmó Belén Mora también en la entrevista, por lo que tras su comentado show en el Festival de Viña 2023, fue víctima de «un bajón».
De todas maneras, la comediante manifestó que «me estoy sanando. Hoy me siento más tranquila, más vulnerable, a ratos me siento más débil y a ratos más fuerte, pero siento que, para todos estos procesos, estos traumas, estas situaciones límite que uno vive, uno debe trabajar para sacarle lo mejor… y en ese proceso estoy».
«No quiero quedarme en lo malo, sino que de lo malo sacar una lección. Estoy siendo súper responsable conmigo, porque siento que el año pasado me dejé de lado… Es tan terapéutico hacer reír, pero a veces te das cuenta de que mientras más haces reír al resto, menos te estás haciendo cargo de lo que te está pasando. A veces utilizamos el sentido del humor como mecanismo de defensa y ahora me siento sin ese mecanismo de defensa».