Según informó el Wall Street Journal, el recinto del «rey del pop» fue vendido a un reconocido magnate norteamericano.
A más de diez años de la muerte de Michael Jackson, y tras un largo tiempo de tramitaciones para la venta, el rancho y parque de diversiones «Neverland» fue cedido al empresario Ron Burkle, por un precio considerablemente menor a los 100 millones de dólares que se estimaron en 2015: el negocio fue cerrado por tan solo 22 millones.
Las razones en la baja del precio del inmueble, ubicado en Los Olivos, a unos 200 kilómetros de Los Ángeles (California), se explicarían con los acontecimientos de los últimos años mediáticamente comentados en la prensa mundial, tras el lanzamiento del documental de la cadena HBO donde se expusieron presuntos casos de abuso sexual contra menores. La familia de Jackson negó las acusaciones y demandó a la cadena por «partidista» y por incumplir un contrato cerrado con el cantante en 1992 que impedía desacreditarle.
El parque de diversiones en su totalidad tiene una extensión de 1.100 hectáreas. Consta de un edificio principal de seis habitaciones, otros para invitados, cine, zoológico, piscina con parque acuático y diversas pistas deportivas, entre otras atracciones. Lo curioso es que el magnate adquirió la propiedad por casualidad, y sin tener conocimiento de su importancia para la industria musical. Tras sobrevolar por diversos recintos de la zona en helicóptero, buscando un lugar para establecer su nuevo club privado Soho House, Burkle se interesó en el ex rancho de «Neverland», que albergó al fallecido «rey del pop» durante décadas hasta su inesperado fallecimiento en junio de 2009.
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