La noticia de la muerte de Jerry Lewis nos ha traído muchos recuerdos de infancia. Es que para los que estamos entres las 3 y 4 décadas, Lewis fue una de nuestras primeras referencias de comedia cinematográficas. Sus películas, en particular aquellas hechas en dupla con Dean Martin, fueron habituales en «Tardes de Cine» y «Cine en su Casa» en la década de los 80. Además, muchos recordamos la simpática serie de dibujos animados que era parte de la programación infantil de UCV Televisión.
Jerry Lewis era un tipo genial. Heredó lo mejor de la comedia física propia del cine mudo, y a partir de ella dio rienda suelta a su talento. Un gran ejemplo de ello es esta escena de «El ceniciento».
Sus locuras inspiraron a muchos comediantes posteriores. El Jappening con Ja, cuyos integrantes se criaron viendo sus películas, se inspiraron en él para muchas de sus creaciones. Por ejemplo, esta recordada escena de la «máquina de escribir invisible» de la película «Who’s minding the store?» fue emulada en algún momento por el Jappening.
Tema aparte fue su tándem con Dean Martin, con toda seguridad la pareja cómica más importante de la historia del cine. Impusieron el modelo de la dupla formada por el tipo serio-inteligente-buenmozo (Martin) y el tipo tonto-gracioso-ingenuo (Lewis) que se transformó en un estándar a seguir para muchas que surgieron posteriormente. En Chile tuvimos a Don Francisco y Mandolino, Melón y Melame, el Flaco y el Indio, etc. En caricaturas podemos citar a Pinky y Cerebro, y a Ren y Stimpy.
Su otra gran herencia fue la creación de la idea de la Teletón. Don Francisco se inspiró en su cruzada para crear la versión chilena, y de hecho fue a pedirle consejos a él. Aunque tuvo que hacer adaptaciones a la realidad nacional (lo del banco abierto las 24 horas fue invento chileno pues la Teletón de Lewis se basaba en depósitos vía tarjetas de créditos, que a finales de los 70 aún no llegaban a Chile), difícilmente tendríamos Teletón en Chile sin Jerry Lewis.
Jerry Lewis también incursionó en el cine más «serio». Su cumbre fue sin dudas «El Rey de la Comedia», esa obra maestra del séptimo arte de Martin Scorsese, con Robert de Niro de protagonista, donde se retrata el fanatismo y la obsesión por la fama.
El Rey de la Comedia ha muerto. Duró 91 años. Tuvo una vida larga, fecunda y muy bien vivida. Hizo reír y le dio felicidad y entretención sana a mucha gente; fue un referente para muchos comediantes e inventó los megaeventos de caridad televisiva. Ahora está en el cielo, ensayando con Dean Martin para la siguiente show en el gran escenario de la eternidad. Bien merecido lo tiene.
Descansa en paz Jerry, y gracias por todo.