Un thriller de suspenso y horror con una de las temáticas más cautivantes del género: los asesinos en serie.
Este año el cine nos ha entregado varias películas asociadas a una de las temáticas sin duda más cautivantes y perturbadoras dentro del género del thriller y el suspenso: Los asesinos en serie. Un denominador común en la mayoría de las cintas de este tipo es que no son guiones originales, sino más bien adaptaciones de libros que con mucho éxito ameritan ser llevados a la pantalla grande. Es el caso de Buffalo Bill en “The Silence of the Lambs” (1991), Francis Dolarhyde en “Red Dragon”, y la saga de Thomas Harris y su antiheroe Hannibal Lecter, el más famoso asesino en serie de ficción de la literatura y cinematografía contemporánea. Le siguen otros no menos relevantes como Patrick Bateman, el psicópata americano inventado por el talentoso Bret Easton Ellis, Norman Bates de Robert Bloch (Psycho), y Tom Ripley, creado de las novelas criminales de Patricia Highsmith.
El Oscuro Pasajero, llamado originalmente “Darkly Dreaming Dexter” tuvo una buena acogida por parte de la crítica literaria cuando salió en 2005 y un impacto masivo, que sin elevarlo a Best Seller, por lo menos gatilló una serie de televisión que hoy se transmite por las pantallas de Movie City cada domingo: Dexter.
Dexter Morgan es el hermano adoptivo de Deborah Morgan, una ambiciosa policía de Miami con aspiraciones de llegar al área de homicidios y seguir los pasos de su padre, Harry Morgan, quien descubre a temprana edad las temibles inclinaciones del chico, que se relacionan con un hecho traumático de su pasado. Harry intenta guiarlo para poder canalizar de alguna manera este instinto que, ambos saben, es incontrolable, y que nunca cesará. Los consejos de Harry convierten a Dexter en un asesino que mata a los malos. Sólo a los malos. Una especie de justiciero que tiene como fin limpiar el mundo de los indeseables: Pedófilos, violadores, y todo aquel que abusa de otros. ¿Eso lo redime de ser un asesino? ¿Acaso los superhéroes que matan en nombre de la justicia no son asesinos? Entre sus conflictos internos, su compleja inserción en un medio que le resulta hostil para alguien que no tiene sentimientos (todo psicópata carece de ellos), Dexter ayuda a su hermana para lograr ser ascendida a homicidios, siguiendo paso a paso las andanzas de otro asesino en serie suelto en las cálidas calles de Miami. Un escenario perfecto para la cumbia, el spanglish y el sabor latino.
Jeff Lindsay logra en El Oscuro Pasajero crear un personaje complejo, que conoce su terrorífica tendencia, su vértice asesino, pero que –aunque nos señala como “los humanos”- logra insertarse en un mundo real y pasar desapercibido. Dexter Morgan es un tipo agradable, simpático, socialmente adaptado y con un trabajo estable como analizador de muestras de sangre para el laboratorio de la policía de Miami. El calor, las conocidas movidas nocturnas del epicentro de Florida, y las eternas carreteras son el escenario para nuestros asesinos. Paradójicamente, y como uno de los argumentos más ingeniosos y sorprendentes en la pluma de Lindsay, Dexter, -al que con su frialdad propia de un psicópata asesino- trabaja para atrapar asesinos en serie. ¿Quién mejor que un asesino en serie puede entender a otro asesino en serie? La manera en que Lindsay narra los hechos, nos cuenta la historia, es dinámica, por momentos adictiva, en otros reflexiva acerca de las decisiones que debe tomar Dexter frente a un mundo al que siente no pertenecer, pero que inevitablemente lo hace estar siempre más cerca de las pistas que lo llevarán, junto a su hermana Deb y la policía de Miami, a capturar a este asesino en serie que mata prostitutas.
En el libro hay mucho diálogo interior entre Dexter y su Oscuro Pasajero, esa voz que lo alienta a matar, o en otros casos, admirar con escalofriante regocijo los cortes y descuartizamientos de las víctimas que van siendo encontradas a medida que transcurre la novela.
Narrado en primera persona, siempre sabemos lo que piensa “nuestro” Dexter. Y aunque los personajes secundarios están bien construidos y adquieren cierta empatía o recelo, los conocemos siempre a través de la mirada de Morgan.
Lindsay usa muchos recursos del género –inventados por la maestra del suspenso, Agatha Christie- para darnos pistas falsas, seguir hilos que cobran sentido en la inmediatez de la lectura, y que finalmente, y de manera brillante, logra dar un giro inesperado que resuelve de manera perfecta un puzzle entre dos cazadores, dos asesinos que nunca se han visto, pero que de alguna manera, se reconocen.
Para quienes gustan del género, El Oscuro Pasajero es una elección más que recomendable. Tal vez la forma pulcra de relatar los asesinatos deja a Lindsay apartado de la vertiente más sangriento y descriptivo, pero el verdadero valor del libro está en la elaborada creación del personaje de Dexter Morgan, y en el dinamismo y tensión constante que mantiene al lector interesado, inquieto y por sobre todo, entretenido.