Hace algunos días, Claudia Di Girólamo se refirió a su breve paso por TVN donde solo alcanzó a participar en la teleserie escrita por Sebastián Arrau y que estuvo en pantalla durante el 2015. «Me gustó que era una abuela, que tenía treinta nietos y eso, pensaba yo, era una oportunidad de hablar de las distintas madres, de la decisión de ser madre, más que soltera, madre sola. De eso me enamoré, pero bueno, también me desilusioné mucho después”, señaló.
A ello, agregó que “la historia no creció, y no quiero ni pensar lo difícil que debe ser escribir una teleserie, pero yo empecé a pasarlo mal, muy mal, empecé a adelgazar» y que «al final de ese año, cuando me miré al espejo, con ocho kilos menos y los pantalones que se caían solos, pensé que no estaba siendo muy feliz”. Sobre la baja sintonía, sostuvo que “fue absolutamente justificado. Y claro que fue muy complicado, fue un período muy difícil. Era bien estresante ver que personas que estaban haciendo el boom (ese micrófono peludo) en la mañana, en la tarde ya no estaban ahí. Tenían que irse así (chista los dedos). Era bien fuerte ver el desangre del canal”.
Durante esta semana, a las palabras de la actriz se sumaron las del guionista Sebastián Arrau, quien en conversación con Fotech.cl entregó su propio mea culpa de la situación: «Estrenamos en un escenario muy complicado y creo que las ganas de levantar TVN, nos hizo cometer muchos errores. La historia a mí y a todos nos llenaba de entusiasmo, creo que hablar de inseminación en Chile, era un tema novedoso y arriesgado, pero queríamos por un lado innovar con un tema muy complejo, pero sin atrevernos a dejar la comedia, que era la tendencia en ese horario. Pienso que ahí nos hicimos una zancadilla. Tratamos luego de hacer una campaña principesca para tomar a la audiencia más infantil, y esa fue otra zancadilla, porque con una protagonista de 60 años, es difícil identificar al público y los temas de niños».
«El último gran error, es que cuando el rating estaba bajo, quisimos levantarlo, y terminamos traicionando la premisa principal, con lo que terminamos de aporrear la historia, que empezó a desinflarse y a sustentarse solo en los personajes. Era un equipo nuevo, un área que se reabría y estábamos probando. El problema en la televisión abierta actual, es que ya no hay tiempo para probar y equivocarse, y así es difícil innovar y diferenciarse. Yo me hago responsable de todos los errores, porque es muy fácil después de que a una teleserie le vaya mal, echarle la culpa al resto, cuando el entusiasmo inicial, era general», añadió.