puede decir cualquier cosa de Benjamín Vicuña menos que lleva una existencia aburrida. Porque, aparte de un trajín laboral que un día lo tiene en Buenos Aires, otro en Chile y después volando hacia España, los cambios en su vida personal son permanentes: de pareja, de residencia y, ahora, de apariencia.
Sí, de aspecto, porque al actor radicado allende los Andes se propuso participar en una difícil prueba deportiva que está requiriendo mucho tiempo de su parte para estar bien preparado: el Ironman Argentina, un desafío que incluye natación, ciclismo y trote, tendrá lugar el domingo 20 de febrero en Nordelta, una localidad ubicada al norte de la capital trasandina.
Para ello Vicuña entrena desde hace varios meses y los resultados en su cuerpo ya son evidentes: una nueva figura tonificada donde destaca una musculatura del abdomen muy marcada.
Así se aprecia, por ejemplo, en videos que el intérprete compartió es sus historias de Instagram al ritmo del tema “Another One Bites the Dust”, de Queen, donde se lo aprecia entrenando sobre una bicicleta fija y nadando.
Para enfrentar un reto que pondrá a prueba su capacidad física, Vicuña contrató a un experimentado triatlonista, Maximiliano Martínez Monzón, para que guíe cada uno de sus pasos, quien hace poco en una entrevista reveló que el actor igual ya tenía una buena base gracias a que en Chile practicó rugby cuando era más joven.
La rutina de entrenamiento comenzó con dos jornadas semanales para que se adaptara a la agenda laboral del artista, pero la fueron aumentando progresivamente y actualmente se reúnen cuatro veces por semana.
Encima, Vicuña tiene un nuevo interés romántico, Eli Sulichin, una profesional del marketing e hija de un influyente empresario argentino, de modo que hoy por hoy el actor claramente está sometido a una gran exigencia física.