Se podrá criticar muchas cosas de «Morandé con Compañía», pero es hora de reconocer al programa de Kike 21 su notable resiliencia y capacidad de reinvención, que lo mantiene todavía en pantalla y dando la pelea.
A inicios del 2001, finalizó “Viva el Lunes”, el estelar que marcó la TV chilena de la segunda mitad de la década de los 90. Simultáneamente, uno de sus conductores, Kike Morandé, dejaba Canal 13 para transformarse en un emprendedor de la TV: creó la productora Kike 21, a través de la cual comenzó con “Morandé con Compañía”, programa que se empezó a transmitir por las pantallas de MEGA y donde, al menos en un comienzo, buscaba retomar la senda que lo hizo destacarse en sus incios en “Cóctel”, de La Red.
Casi inmediatamente, el emprendimiento televisivo de Morandé empezó a pisar fuerte. Se transformó en una máquina de hacer rating a punta de pragmatismo, buscando la entretención sin complejos. Sus indudablemente efectivos recursos fueron muy cuestionados desde el comienzo: humor cargado al doble sentido (le dio trabajo a muchas glorias del humor revisteril como Patty Cofré, Daniel Vilches, Ernesto Belloni y los fallecidos Jorge Franco, Eduardo Thompson y Chicho Azúa); mujeres guapas con vestimenta y bailes provocativos; y, especialmente, verdaderos fenómenos de sintonía. Si hay algo que destacar de “Morandé….” es su capacidad de crear personajes, o potenciar a otros ya creados anteriormente, para transformarlos en verdaderos fenómenos de sintonía: la “Porotito Verde”; los “Hermanos Sin Dolor”; Salomón y Tutu-Tutu; Po-Pin; Marlén Olivari; Ernesto Belloni; Tony Esbelt; Melame; Charly Badulaque; Bebeto Chupeta; Ruperto; Rupertina; El Patrón del Pan; Las Iluminadas; Los Blondon Boys y “El Muro”, entre otros.
El “estelar del pueblo” ha sabido contrarrestar los momentos complicados, que no han sido pocos: las críticas que han recibido desde sus comienzos por el uso de recursos facilistas; los momentos en que el rating les ha dado la espalda, como cuando “Mea Culpa” les quitó la corona de Reyes del People Meter; la baja de sintonía que sufrieron en los comienzos del Transantiago; la crisis vivida el 2012, cuando pasaron de ser un programa casi diario a transmitirse solamente dos veces por semana, y que de no ser porque Don Gospel les mandó a “Las Iluminadas” posiblemente no estarían contando el cuento; las veces en que el estilo de “Patrón de Fundo” de Kike Morandé lo llevó a pelearse con gente como Sebastián Jiménez, la Sita Jeanette, el bichólogo Ugarte y Mauricio Flores. “Morandé con Compañía” no la ha tenido fácil, pero han mostrado una notable capacidad de resiliencia y adaptación. Cuando se fueron “Las Iluminadas”, fueron capaces de sacar al Patrón del Pan, Los Blondon Boys y “El Muro”, con los que se mantuvieron a flote, mientras la dupla de evangélicas fanáticas se hundía en el mar de la irrelevancia mediática en Chilevisión.
Incluso resistieron el cambio de dueño de MEGA, del grupo Claro (delirante época en la que Raúl Hasbún y Che Copete compartían pantalla, y donde se practicó hasta el virtuosismo el arte de predicar con el “aparato” en la mano, pues no tenían empacho en mostrar minas con poca ropa, humor de doble sentido y bailes calentones todo el día con tal de ganar rating, mientras se negaban a promover el uso del preservativo para luchar contra el SIDA), al grupo Bethia (que ha tenido la sensatez de acabar con el doble estándar valórico y dedicarse a hacer televisión competitiva sin complejos).
¿Cuál es su aporte a la televisión? Alguien podrá decir que la cantidad de personajes creados y aportados. Pero aquí hay que hacer una salvedad: excluyendo a los existentes con anterioridad a su paso por el “estelar del pueblo”, como Charly Badulaque, Melame, Ruperto y “Salomón y Tutu-Tutu”, ninguno de los rostros y personajes salidos de “Morandé con Compañía” ha logrado hacer cosas relevantes en TV después de alejarse del fundo televisivo de Don Kike. Casi todos terminaron siendo verdaderas “flores de invernadero” que se marchitaron una vez que intentaron seguir camino propio lejos de Morandé, y no pocos han terminado retornando al fundo como el “perro arrepentido” del Chavo del Ocho. ¿Será que el Kike les proporciona una plataforma de lucimiento inigualable que no pueden encontrar en otro lado? El tema no es la escasez de talento, pues dentro del grupo lo hay y de sobra: las mismas Iluminadas, Cristián Henríquez (quizás el mejor imitador de Chile después de Kramer) y el grupo multidisciplinario detrás de ese glorioso delirio llamado “El Muro”, la versión mejorada y potenciada de “Los Improvisadores”. Como los “Viernes Sin Censura” del “Mentiras Verdaderas” les quitó hace rato el reinado del humor de doble sentido (al lado de Don Carter y Edo Caroe, Che Copete está para acompañar a Pin Pon), se han visto obligados a ponerse creativos, lo que ha llevado a elevar su nivel de humor. Incluso a las “chicas Morandé” les ha subido el pelo. De aspirantes a vedettes como Marlene Olivari y la “Blanquita Nieves” pasamos a íconos de sensualidad elegante como Vanessa Borghi.
En fin, se le podrán criticar muchas cosas a “Morandé con Compañía”, pero ya es hora de reconocerles su capacidad de supervivencia. En una época en que los programas de TV tienen poco margen de ensayo y error, y lo que no resulta de inmediato se saca del aire sin misericordia, que después de más de una década el “estelar del pueblo” siga al aire y plenamente vigente en la lucha por el rating resulta simplemente notable. Al César lo que es del César, y al Kike lo que es del Kike.