Juan Esteban Aristizábal Vásquez, el compositor y cantante colombiano mejor conocido como Juanes, ha construido una exitosa carrera llena de canciones memorables, entre ellas la icónica “A Dios le pido”.
Lo que la mayoría de sus fans ignora es que, a pesar del reconocimiento internacional que le ha granjeado su música, el nacido en Medellín sufre desde hace años una profunda depresión.
Un problema de salud mental que el artista quiso hacer visible en una extensa carta que subió a su cuenta de Instagram, relatando que ha vivido momentos críticos. En ella, asegura que su lucha es diaria, pero que está en el camino correcto y con las herramientas necesarias para manejar esta situación.
Cuatro reveladoras líneas
Juanes parte expresando que pasaron muchos años “para poder escribir estas cuatro líneas que acabas de leer”. Señala, a continuación, que todos cargan una cruz, “una pena personal, un dolor o una frustración, independientemente de nuestra clase social, religión o profesión”, agregando que el éxito profesional no garantiza la felicidad, “tampoco el dinero”.
Más adelante hace una revelación: “La depresión es una enfermedad muy común, más común de lo que imaginas. Yo personalmente la sufro desde hace muchísimos años. He tenido que lidiar con estos factores genéticos y químicos desde mucho tiempo atrás. Pasé de ser una persona extremadamente introvertida en la infancia, el colegio y la universidad, a tener que enfrentar la aceptación, el rechazo, el odio y la presión social y laboral”, señaló.
Luego cuenta que hace unos 13 años, en pleno apogeo de su carrera y con una vida a primera vista perfecta, por dentro se sentía “destruido, desilusionado y cansado”.
Refugiado en el alcohol
“Lo peor es que yo fui el único culpable, nunca tuve la fortaleza de decir: ‘Estoy cansado, necesito un momento’. O si lo hice, creo que no me tomaron en serio. Siempre pensé que podía, que sería capaz. Por favor, era Juanes (…). Ese pensamiento me llevó a un colapso nervioso que me obligó a detener abruptamente todas mis actividades para estar en casa con mis hijos. Fue la mejor decisión que tomé en mi vida”, relata.
Reconoce, además, que buscó refugio en el alcohol. “El resultado fue peor. Llegué a un punto de cansancio tal que me odiaba verme al espejo, escuchar mi música, verme en alguna publicación y, lo más doloroso, no disfrutar en un escenario”.
Pero dice que hoy mira hacia atrás y agradece la valentía de haber hecho una pausa, pese a que en ese momento algunas personas de su entorno le dijeron que estaba loco. Su familia, en cambio, lo apoyó.
“Todo esto sucedió hace 13 años, cuando no era normal que se hablar de depresión y mucho menos si eras un artista exitoso”, afirma Juanes, añadiendo que ahora “los tiempos han cambiado y se ha vuelto más común hablar abiertamente de estos temas”.
“Recuerden, todos podemos sufrir de depresión, y hablar de ello es una buena manera de empezar a combatir una enfermedad silenciosa y poderosa que puede acabar con vidas”, reflexiona hacia el final.