Un grupo de comediantes jóvenes y emprendedores se atreven a hacer humor con valor agregado. Breve radiografía a uno de los mejores programas televisivos del año en Chile.
A mediados de Agosto, comenzó en Chilevisión un nuevo programa de humor, llamado “El Club de la Comedia”, que a pesar de su bajo perfil mediático ha obtenido ratings más que respetables (alrededor de 11 puntos) y una buena acogida de la crítica (tanto la especializada como la otra), llegando incluso a ser comparados con el Jappening con Ja de inicios de los 80. Bueno, a decir verdad, no es algo taaaan nuevo, sino que más bien que es la llegada a la TV Abierta de los fundadores de la “Sociedad de Comediantes Anónimos” (SCA), programa de culto del canal de cable Vía X, del cual se fueron luego de fuertes diferencias económicas y artísticas (¡¡hasta en eso se parecen al Jappening!!) y que, luego de meses de ostracismo catódico bajo la denominación de “comediantes en paro”, recalaron en la TV abierta. A los originales Juan Pablo Flores (que apareció en un programa de gags de ultra bajo presupuesto en UCV-TV y luego se dio el lujo de imitar a Amaro Gómez Pablos en TVN, sacándolo de sus casillas y provocando una comentada polémica al interior del canal estatal); Nathalie Nicloux (una morena estupenda, simpática y con cara de buena para el “leseo”….entendiendo “leseo” en el sentido de “echar la talla”, que aparte del SCA tuvo un papel en esa versión tercermundista de “Top Gun” llamada “Charly Tango”); Sergio Freire (actor de reparto en la versión chilena de “Duro de Domar”) y Patricio Pimienta (el más viejo del lote, profesor universitario según lo que pude ver en su curriculum, y parecido a Felipe Avello en 10 años más) se sumaron dos refuerzos: Pedro Ruminot (el “notero pobre” de “Duro de Domar”, actualmente calvo, seguramente producto de una quimioterapia para tratar su cáncer, y quien hizo el contacto para que el programa saliera a la luz) y Natalia Valdebenito (conocida por su papel de “Cata” en “Cabra Chica Gritona”, otro programa de culto de la TV por cable).
Cuando estaban en el SCA, la verdad es que yo los veía al pasar mientras hacía zapping. Nunca me llamaron mayormente la atención. Yo los veía como un grupo de cabros jóvenes jugando a ser Jerry Seinfeld. Sin embargo, cuando los empecé a ver por la TV abierta, empecé a enganchar con ellos, y ahora no me los pierdo por nada del mundo. Lo que hicieron fue traer a Chile el formato del “Stand Up Comedy”, típicamente estadounidense, que consiste en un comediante parado frente a un micrófono, en un escenario íntimo, desarrollando una rutina humorística en torno a un tema específico. No es algo inédito en Chile, pues lo hacen de alguna manera Jorge “Chino” Navarrete en su obra “La Histeria Universal”; “Palta” Meléndez con su humor político y, en especial, Coco Legrand, quien ha llevado este género a niveles estratosféricos de calidad, casi al borde del análisis sociológico. Pero a pesar de que estos chicos no han inventado la rueda ni mucho menos, igual se ha constituido en un aporte refrescante y necesario en un momento en el que predomina un humor de bajo vuelo intelectual, muy cargado al doble sentido y a lo escatológico, y donde si bien hay personajes destacables (Che Copete, Salomón y Tutu-Tutu, Stefan Kramer, Yerko Puchento), se echa de menos un poco de valor agregado que vaya más allá de la risa, y nos lleve a reflexionar un poco. Se agradece que este emprendedores comediantes hayan resistido la tentación de transformarse en meros “contadores de chistes”, o “echadores de tallas” (predominantes entre los humoristas nacionales) y se la hayan jugado por la observación de la vida cotidiana, por la elaboración de libretos algo más sofisticados y el desarrollo de ideas.
El programa tiene dos partes: los monólogos (el stand-up comedy propiamente tal) y algunos gags. Respecto de los monólogos, en general son divertidos y ocurrentes, quizás algo cargados al garabato y al doble sentido, pero sin caer en la chabacanería barata estilo “Morandé con Compañía”. Creo que debe ser el primer programa de TV en Chile en el que se habla del tema sexual en forma tan asertiva, incluso mencionando explícitamente y sin tapujos el uso del preservativo, tema tabú en programas como “Mekano” y “Morandé con Compañía” que abusan del doble sentido pero “arrugan” a la hora de decir las cosas en forma directa. De los comediantes, los que más me han gustado son: Natalia Valdebenito (por su desparpajo, simpatía y carisma sobre el escenario. En sus monólogos sobre las ventajas de ser rubia y las cirugías se nota trabajo, capacidad de observación y asertividad. Su frase “un, dos, tres por la Marlen que está detrás de las pechugas” es de lo más notable que he oído en el último tiempo); el simpático Sergio Freire (sus monólogos sobre el Mundo Gay y los actores fue simplemente notable) y Juan Pablo Flores (interactúa muy bien con el público y también ha revelado alta capacidad de observación en su monólogo sobre el celular). Más abajo, Nathalie Nicloux (simpática y agradable. Salvo el de las canciones que lo encontré medio ramplón, los demás monólogos me parecieron buenos); Pato Pimienta (lo encuentro algo forzado en sus rutinas, y su personaje del “Margaret Thatcher” me recuerda mucho al “Malo” de Daniel Muñoz) y Pedro Ruminot (creo yo, el más débil del grupo, más por falta de carisma sobre el escenario que por debilidad en las rutinas) Aunque siempre se puede mejorar (coincido con Larry Moe en cuanto a que les falta rematar bien las rutinas), creo que para lo jóvenes que son están más que bien. Compararlos con Jerry Seinfeld o con el Coco Legrand del 2007 sería odioso e injusto, pero vale la pena preguntarse cómo están con respecto al propio Legrand cuando era veinteañero.
Los gags son otro punto destacable, pues recogen la herencia de recordados programas humorísticos de los 80, como el “Jappening con Ja”, “Mediomundo” y “De Chincol a Jote”. Incluso, hay algunas secciones como “el imitador de sonidos”, “Kamasutra Extreme TV”, “El encuestador” y “Estas pensando lo mismo” que hacen gala de un humor absurdo que recuerda mucho a “La Manivela”. Si bien son bastante buenos en general, creo que tienen capacidad como para hacer cosas más jugadas y atrevidas, como las que se hacían en “Plan Zeta”. Además, podrían intentar algo con el humor político (aunque es difícil, estando en el canal del probable candidato presidencial de la Alianza por Chile)
“El Club de la Comedia” está llamado a ser uno de los mejores programas del año. Se agradece que, dentro del panorama más sombrío de la historia de la TV chilena, surja gente joven, creativa y emprendedora que se atreva a jugársela por ideas nuevas. Creo que, si siguen perseverando, podría salir de aquí un nuevo “Jappening con Ja”, o al menos toda una generación de grandes comediantes.