Por primera vez, la farándula chilena se transformó en tema de discusión a nivel diplomático. “Amazonas”, el primer reality show de Chilevisión terminó en una polémica internacional de proporciones con el pueblo peruano, debido al trato despectivo que sufrió el “Bora” Aroldo Miveco durante su visita al programa “Primer Plano” y por el tipo cobertura que aplicó el programa “Intrusos” hacia este tema.
La prensa peruana no deja de tener razón para molestarse, pues el trato que le dieron al supuesto “Bora” fue simplemente impresentable. La actitud de algunos reporteros, en especial del llamado “Nachito Pop”, resulta entendible en pelusones de liceo, pero no en alguien que estudió cinco años de periodismo en la universidad. Por mucho que Miveco haya declarado sentirse bien tratado, lo que hubo en los hechos fue un “bullying” descarado, inaceptable en un momento en que la opinión pública está muy sensible con el tema de la discriminación. Incluso personajes que en otras circunstancias han rasgado vestiduras en estos temas, como José Miguel Villouta o Jordi Castell, han participado o al menos han estallado de la risa con las tallas ofensivas. Resulta penoso que conductas como estas queden impunes. Por mucho menos que eso sacaron de pantalla a Víctor Gómez (el del “olor a azufre”).
Lo de Julia Vial es un tema aparte, pues inicialmente fue sindicada como la “guaripola” de la burla al ser mostrada supuestamente preguntando si los boras tenían piojos. Posteriormente quedó en evidencia que su declaración fue absolutamente sacada de contexto. Al principio me causó extrañeza que Julia Vial hubiera bajado a ese nivel, no solamente porque está muy por sobre la media del periodismo de farándula , sino por su historial de vida (madre de una niña con Síndrome de Down).
Todo esto llevó a sendas polémicas con representantes del periodismo de farándula peruano. Si algo hemos podido apreciar en esta pasada es que los programas de farándula nacionales parecen realizados por la BBC de Londres al lado de sus pares del Rimac. En el país vecino del norte, cualquier episodio como este es aprovechado por ciertos sectores para dar rienda online casino nbso suelta a su atávico resentimiento hacia Chile, dando pie a declaraciones incendiarias del tipo “mandar cadáveres a Chile en bolsas de basura”. Algunos diarios peruanos como “La Razón” o “El Hocicón” son tan sensacionalistas y escandalosos que, al lado de ellos, “La Cuarta” es el “Washington Post”. En ese sentido, ver a los programas de farándula chilenos pelear con la peruana Magaly Medina (un verdadero manojo de histeria y nacionalismo barato) no es lo más astuto, es seguirle el juego a los provocadores termocéfalos del otro lado. Ahora Magaly es conocida en Chile y capaz que la tengamos por estos lares, invitada a los mismos programas y no cobrando poca plata.
Esto es una evidencia de la profunda ignorancia que existe en Chile respecto a otras culturas e idiosincrasias, la misma de la que habló Amaro Gómez-Pablos en su columna radial. Es el mismo fenómeno que evidenció el torpe acto de los grafiteros chilenos que pintaron monumentos de piedras en el Cuzco. Todo lo que sea extranjero o distinto (salvo que sea rubio de ojos azules) es mirado con sospecha, e incluso con burla. A Miveco lo trataron como si fuera un fenómeno de circo. Parece que todos creían que los “bora” vivían en la prehistoria, que eran indios incivilizados y no eran capaces de entender el español.
Todo esto llegó a niveles diplomáticos. El embajador chileno en Perú se tuvo que disculpar públicamente. Es la primera vez que un asunto tan superficial como anecdótico alcanza esos ribetes. Ya hubo una guerra suscitada por un partido de fútbol (Honduras-El Salvador), ojalá no haya otra por un problema de farándula (sería ridículo). Capaz que tengamos que ir a La Haya con los peruanos para zanjar esto (más ridículo).