En “Valió la Pena”, Eduardo Cumar dará vida a Arturo Santa Cruz, un hombre conservador, proveniente de una familia acomodada, replicando ese estilo de vida en su familia con su mujer, Magdalena (Marcela del Valle) y su hija Belén. Hasta que, en un mal negocio, es estafado y pierde casi todo su dinero, viéndose obligado a cambiar de barrio. Algo que su mujer no soporta y se encarga de recordarle día a día. Pero Karem (Ingrid Parra), una extravagante apoderada el colegio, le mueve el piso y lo hace cuestionar su presente y futuro.
Cuéntanos de tu carrera como actor y cómo llegaste a «Valió la Pena».
Toda mi vida he estado ligado a los escenarios, desde muy chico en el colegio, cantaba en todas las fiestas y celebraciones. Y ya un poco más grande, empecé a participar en las obras de teatro donde me cautivó mucho la sensación de salir de uno mismo para tomar el rol de otra persona o cosa, lo que actualmente llamo el «vicio» que me mantiene actuando y creo será para siempre. En cuanto a mi llegada a «Valió la Pena», fue una sorpresa, ya que de un día para otro me llamaron a participar en el casting y después de una semana, supe que había quedado seleccionado para el papel. Fue muy gratificante tomar ese rol y trabajar con el equipo de la teleserie, en el que fueron todos muy buena onda y profesionales.
¿Qué es lo que más destacarías de la teleserie?
La teleserie tiene los factores fundamentales que necesita una producción, que son: excelente guión, una variedad de personajes muy atractivos, excelente dirección y sobre todo, una historia con mucho romance y suspenso.
Tu personaje pasa de tenerlo todo a quedar en la ruina por una estafa, ¿cómo lo enfrentaste?
El hecho de que mi personaje haya tenido un pasado económicamente exitoso y después haya caído en una situación económica menor, me hizo plantearlo desde un punto de vista muy humano y sencillo, ya que va descubriendo un nuevo estilo de vida.
¿Tu personaje está en la tecla de comedia, drama o ambas?
Arturo se desarrolla tanto en el drama como en comedia, ya que enfrenta situaciones muy complejas ligadas a la historia central y también a las secundarias, donde se muestra su lado más lúdico.