A pocos meses del fallecimiento de su hijo Aldo Guzmán a los 41 años, luego de quitarse la vida en dolorosas circunstancias, el comediante reveló las razones detrás de los problemas de su primogénito y contó cómo ha enfrentado el dolor de la pérdida.
La vida de Dino Gordillo hasta hace algunos años atrás, se centraba básicamente en los grandes éxitos de su carrera como humorista. «Pero ahora con la muerte de mi hijo, qué te puedo decir. Lo único a lo que atiné cuando me dijeron que había fallecido, por tremendas que fueron sus circunstancias, fue a seguir con mi show en Vicuña. Sentí que eso era lo que él querría», partió contando a El Mercurio sobre la pérdida que ha marcado su presente.
«Y ahora incluso supe, y me emocionó mucho enterarme, que él veía todos los días mis rutinas. Eso me lo contó mi nieta que tiene 15 años. Aldo trabajó mucho conmigo y ahí siempre hablábamos de que ‘el show debe continuar’. Que en caso de que a uno lo llamaran por algo terrible, las funciones no se suspenden. Muchos artistas, muchos humoristas, cantantes, han actuado viviendo cosas duras. Yo lo hice ese día», se sinceró.
Gordillo siguió ahondando en las emociones que experimentó en la noche que recibió la triste noticia. «Al principio fue lindo, sentía que él estaba ahí conmigo, porque me salió precioso el show, pese a estar con pandemia. Toda la gente me aplaudió de pie y después de eso, yo conté. No hice uso de eso, de mi dolor para un aplauso, actué y después les dije», aseguró.
El comediante sorprendió al confesar que su hijo «tenía problemas de drogadicción. A mi hijo mayor yo lo adoraba, pero tenía su problema y eso hay que aceptarlo. Es que cuando tú tienes al lado el apoyo diario no te pasa eso, pero cuando no lo tienes… esa gente lo que más necesita es la piel, contención».
«Esto comenzó poco antes de que cumpliera los 20 años. Él tenía sus problemas y trataba de salir adelante: dejaba de consumir y andaba como relojito. Hicimos 20 mil cosas como familia, lo internamos, estuvimos con él, lo apoyamos. Ahí andaba como una bala, excelente hijo, maravilloso, y de repente volví a caer. No se pudo hacer nada, luchó durante años, él también creo que sufrió mucho por tratar de salir de eso. Conmigo lloraba. Me decía ‘papá, yo ando súper bien, lo controlo, pero de repente cago’. ¿Y cuándo cagaba? Cuando tenía cualquier problema, porque no sabía afrontarlo, entonces era escapar»., desclasificó.
Según el duro relato del artista, su fallecido hijo «sabía que nos daba, entre comillas, problemas, que nos hacía sufrir. Todos luchamos junto a él, lo apoyamos, pero ya no se pudo más. Después empezó a entrar la agresividad, a actuar de otra manera en su casa y eso llevó a que al final sus niñas las tenga yo. Nunca fui a hacer una denuncia o a quitarle mis nietas a mi hijo. Se dio, la justicia me las entregó a mí, nada más», se refirió a la tenencia de las hijas de Aldo, que quedaron a su cargo.
«Jamás hubiéramos querido nada de esto, pero pasó y hay que aceptar la vida», concluyó el golpeado comediante.