El festival de Viña 2014 comienza a despedirse, y aquí analizo lo que vimos en esta jornada de jueves cuando se hizo presente Rod Stewart, el humorista Gigi Martin, Paloma San Basilio y la Sonora Palacios.
Animadores: Carolina De Moras se la mandó a guardar hasta el fondo a todos sus críticos con su diálogo en perfecto inglés con Rod Stewart. Ni comparado con el soberano ridículo de Eva Gómez el año pasado con Elton John. Rafa, el maestro de ceremonias de siempre.
Rod Stewart: Como ha sido la constante en los últimos años, el artista anglo viene a dictar una clase magistral de calidad. El viejo pillo de Rod se las sabe por libro. Su coro y banda de acompañamiento, además de virtuosa en lo musical, estaba compuesta en gran parte por verdaderas ‘diosas’, mujeres cuál más guapa que la otra. Rod, con su característica voz gastada por los años de edad y de carrete (artístico y del otro), nos encandiló con una verdadera batería de clásicos tanto propios (“Hot Legs”, “Forever Young”) como ajenos (“The First Cut is the Deepest”, de Cat Stevens). Hizo lo que quiso: regaló pelotas de fútbol, presentó a su hija Ruby (otra ‘diosa’ de aquellas) y enfervorizó a un público que lo vino a ver a él. Además, profesional y respetuoso con sus colegas artistas que venían después. Hizo lo que tenía presupuestado y nada más. El tetra pack era poco premio para su show. Un tremendo espectáculo, aunque entre Rod y lo de Elton John el año pasado, me quedo con Elton.
Gigi Martin: Zafó muy bien de lo que pudo ser una situación complicada. No es cualquier cosa salir después de Rod Stewart, y Gigi tuvo que apelar a toda su experiencia para salir del paso. Lo que hizo en esencia fue ‘gastar’ las rutinas que ha mostrado en sus eventos privados y programas de televisión, usando de manera inteligente su conflicto con Mauricio Flores. Notable la aparición de Melón con Pinochet de muñeco. Sacó el tetra pack, demostró que era de verdad y, parafraseando el título de un libro de Fernando Villegas, puede decirle a Melame que ‘tenga la bondad de irse a la cresta’.
Paloma San Basilio: Una verdadera dama de la canción. Los últimos gorjeos musicales de esta elegante paloma mantuvieron intacta la clase y calidad vocal que la caracterizó en su exitosa carrera. Acompañada de una orquesta de lujo, la San Basilio dictó cátedra acerca de cómo hay que retirarse de la vida artística: no esperar a estar dando lástima en el escenario como Chuck Berry, sino que hacerlo estando en condiciones de dar un show digno y dejando la sensación de que tiene cuerda para algo más. Emocionante escuchar sus entrañables clásicos ochenteros como “Beso a Beso, Dulcemente” y “¿Por qué me abandonaste?”, que están en el ADN musical de los que frisamos las cuatro décadas. Tetra Pack más que merecido.
Sonora Palacios: Se encontró a una situación similar a la de Tommy Rey el año pasado, cerrando en la madrugada un show donde fueron precedidos por artistas que poco y nada tenían que ver con ellos, y con una Quinta Vergara a medio llenar. Con todo, hicieron bien su pega: hacer bailar al público con las clásicas cumbias para matrimonios, fiestas patrias y año nuevo. Merecido tetra-pack.