Animadores: María Luisa guapa como siempre. Salvaron muy bien, en especial María Luisa, el desafío de dialogar con los BSB en inglés. Y además lograron revertir las pifias de los viudos de la boy band para recibir bien a Mauricio Palma.
Backstreet Boys: Un acierto indiscutible cómo fenómeno de masas. Devolvieron el ambiente festivalero que se echó de menos en los días anteriores. Cantaron muy bien, coreográficamente son espectaculares y ofrecieron un espectáculo muy atractivo. La Doble Gaviota fue más que merecida. Sin embargo, el hecho de usar pistas musicales en vez de traer orquesta en vivo les baja considerablemente los bonos en cuanto a calidad artística. Es que en el Festival de Viña estamos acostumbrados a Tom Jones, Nelly Furtado, Bryan Adams, Elton John, Sting, Paul Anka, Rod Stewart, Cat Stevens, Lionel Ritchie, Rick Astley, Olivia Newton-John, Peter Cetera, Jamiroquai y Europe. Artistas anglo que vinieron apoyados con orquestas de primer nivel y en algunos casos tan virtuosas que eran un espectáculo por mérito propio. Desde Morrisey (no por su mala calidad sino que por su insoportable divismo) que no se veía un número anglo tan bajo. Para mí, el Festival de Viña es como los MTV Unplugged: tienes que demostrar que eres un artista “de verdad”, y eso implica entre otras cosas cantar en vivo e ir con acompañamiento orquestal también en vivo. Las pistas grabadas y hasta el playback se las perdono a Madonna y a Chayanne, que pasaron el medio siglo de vida y no les da el fuelle para cantar y bailar a la vez. Los Backstreet Boys demostraron que todavía pueden cantar y bailar a la vez.
Mauricio Palma: En un comienzo se temió por él. Para cualquier comediante salir después de un recital de los Backstreet Boys es un desafío enorme. No sé si algún standapero gringo como Jerry Seinfeld se atrevería a algo así. Palma se atrevió, y logró salir del bache con rapidez. Entró como avión, para luego caer en un bache autista como el de Jani Dueñas hace dos noches que lo tuvo un buen rato caminando por la cornisa. Se alcanzaron a escuchar pifias y se temió lo peor, pero logró salir y ganarse la Gaviota de Plata con una digna actuación. Después de eso, sacó a Violento Parra, y ahí definitivamente la rompió. Una acertada caricatura del clasismo ABC1 chileno, la lucha de clases en forma de comedia. Con eso, se ganó con mayor comodidad la Gaviota de Oro. Palma mostró oficio e inteligencia (se notó que es psicólogo), supo leer el escenario donde estaba y logró traspasar exitosamente sus rutinas de bares y teatros a un show masivo. Demostró que se puede, pero hay que saber cómo hacerlo.
Cami: No tuvo el marco de público que se merecía. Como era predecible, los fans de Backstreet Boys coparon los tickets y para cuando salió a actuar la galería estaba notoriamente vacía. ¿Cómo hubiera sido la cosa con un número de obertura menos masivo? Con todo, la viñamarina sacó la cara por Chile y pasó la prueba con honores. Presentó un espectáculo completo de gran nivel, con orquesta en vivo, y basado en su disco “Rosa”. Sacó Doble Gaviota y demostró que está para las ligas mayores. Claramente no emuló el “Lafertazo” del 2017, y honestamente era mucho pedir. Mon Laferte llegó a Viña con 33 años y luego de 10 años de experiencias fuertes en la música y en la vida. Camila recién tiene 22 años. Me pregunto si Mon Laferte habría sido capaz de hacer un show en Viña a esa edad, cuando usaba el nombre de Monserrat Bustamante, era integrante de Rojo y no había ni atisbos de la bestia del escenario que es ahora. Me gustaría ver a Camila de nuevo en Viña en 10 años más, más madura y con mayor recorrido artístico y de vida. Ahí recién se podría hacer una comparación justa.