Es el turno de analizar la cuarta noche del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, jornada en la que se presentaron los chilenos La Ley y Gepe, y los colombianos Carlos Vives, y el dúo Yandar & Yostin.
Primero lo que nos faltó comentar ayer.
Raphael (Día 03): “Er niño de Linares” llegó como el reemplazante de Alejandro Fernández, que a su vez reemplazaba a Lucero. Hizo un espectáculo mucho mejor que el que podrían haber mostrado los dos mexicanos. A diferencia de contemporáneos suyos como Camilo Sesto y Salvatore Adamo, que ya están para la Fundación Las Rosas, Raphael se mantiene en forma, al punto de hacer show de dos horas a tablero vuelto en plena madrugada, para el delirio de sus calcetineras de seis y siete décadas. Con una gran banda de apoyo, mostró lo mejor de su repertorio, e incluyó otras joyas como “Ella ya me olvidó” del fallecido Leonardo Favio. Sacó tetra-pack e hizo lo que quiso en el escenario, ahora sin ningún artista que viniera después de él.
Comenzamos con la cuarta noche.
Animadores: Carola de Moras mató antes de tiempo a Cerati. Bueno, se han cometido errores peores, como decir que “Maná es la banda más influyente de la historia del rock”. Rafa muy buena onda al entregarle las antorchas a Yander y Yostin. Lindo detalle el de homenajear a Paco de Lucía (¿tendrá algo que ver la talla fome de Ruddy Rey?), y creo que hay otros dos recién fallecidos que se merecen similar honor: Gustavo Lorca, el alcalde bajo cuya gestión se inició el evento, y Jorge Pedreros, ligado a este durante muchos años y desde diferentes frentes.
La Ley: Sonaron como si no hubieran estado separados hace 9 años. Beto Cuevas tiene pacto con el diablo, porque de otra manera no se explica que mantenga la misma facha que tenía en los años 90. Aparte de eso, nuestro ‘Elvis’ criollo mantiene su voz y presencia en el escenario. El ahora hinchado Mauricio Clavería la sigue rompiendo en la batería, Pedro Frugone mostrando virtuosismo en la guitarra y el refuerzo de lujo del ex Soda Stereo, Zeta Bosio en el bajo. Mostraron lo mejor de su repertorio, sonando en ocasiones igual que en los discos, lo que se notó especialmente en el cover de “Angie”, que muchos consideran mejor que la versión original de los Rolling Stones. A pesar de incluir casi puras canciones antiguas, La Ley no suena a una ‘banda tributo de sí misma’ como Los Tres la otra noche, sino que como un grupo que puede generar cosas nuevas e interesantes. Teniendo un paladar musical más afín a Los Tres, veo mucho mejor a La Ley. El futuro de ambas bandas parece correlacionarse con el estado físico de sus respectivos líderes. Emocionantes los homenajes al fallecido Andrés Bobe y Gustavo Cerati. Se merecían mucho más que el Tetra Pack.
Carlos Vives: Caso extrañamente similar a Laura Pausini y Ana Gabriel. Un artista que tuvo su peak a mediados de los 90, y que si bien dejó de estar en la cresta de la ola supo mantener una carrera sólida y consistente. El hombre que nos enseñó que la música colombiana era bastante más que cumbia mostró un espectáculo entretenido y energético, donde hizo bailar al público y aprovechó de difundir el folklore de su país al mundo con notable efectividad, para el justificado orgullo de los colombianos que estaban en el público y viendo. Mostró sus clásicos como “Pa Mayté”, “La Gota Fría” y “La Tierra del Olvido”, y muchos otros temas menos conocidos pero igualmente buenos. El hijo de Pablo Aguilera que le pidió la mano a su novia, Cecilia Bolocco robando cámara como loca y Paloma San Basilio cantando a dúo con Vives fueron detalles sabrosos que sazonaron su show, al cual el tetra pack le quedó corto.
Gepe: Salió tipo 2 AM, y mostró un energético espectáculo de música pop sin complejos, con interesantes influencias andinas, del reggae, del hip-hop y de salsa. Todo acompañado por una banda pequeña, pero efectiva, un buen cuerpo de baile e invitados de lujo como Pedro Piedra, Javiera Mena y la baterista de Los Jaivas, Juanita Parra. Su música es agradable de escuchar y con letras dignas de atención. Además, se luce cantando bien y tocando la batería a la vez, algo que gente como Ringo Star no hace. Tal como Manuel García y Francisca Valenzuela, otro artista chileno independiente y autogestionado que triunfa en el festival. En resumen, ‘bacán tu show’ y merecido el tetra-pack.
Yandar y Yostin: Cuando ya pensábamos que no íbamos a ver algo peor que Ruddy Rey este año, el festival se encarga de desafiar nuestra capacidad de asombro. Salen a las 4 AM a enfrentar una Quinta Vergara casi vacía, sin más público que algunos fanáticos fieles y los encargados del aseo. Cantaron su único hit “Te pintaron pajaritos en el aire” y luego se cerraron las transmisiones de Chilevisión. Luego tocaron otros dos temas y repitieron dos veces más su hit. Luego de media hora de humillación, el buena onda del Rafa en mangas de camisa les regaló las dos antorchas. En vez de ‘pintarles pajaritos’, a los colombianos les ‘miraron las bolas’. Todo artista, incluso un dúo reaggetonero de tercera línea, se merece respeto, y aquí a Yandar y Yostin los pasaron a llevar. ¿Para qué los trajeron? Musicalmente les falta todavía para pisar el mismo escenario de los grandes del género como Daddy Yankee y Don Omar, y definitivamente sobraban en la jornada. La secuencia La Ley-Gepe-Competencias-Carlos Vives bastaba y sobraba. Un pastelazo de proporciones de la comisión organizadora.