Día 03: Ruddy: No fue Ana Gabriel, fue el fantasma de Stefan Kramer

Seguimos con el análisis del Festival de la Canción de Viña del Mar 2014, en esta ocasión es el turno de la tercera noche, en donde el humorista Ruddy Rey fue la gran víctima del monstruo.

Comenzamos con lo que faltó el día de ayer.

Fito Páez (Día 02): Fito está en la misma categoría de Emmanuel, Raphael, Miguel Bosé y Ricardo Arjona: artista repetido, pero que hace shows tan buenos que puede venir las veces que quiera. La versión cuerda de Charly García hizo una presentación maciza y consistente, tal como el tono rosado que imperó en su vestuario y puesta en escena. A diferencia de Los Tres, no se refugió en sus innumerables clásicos, sino que se atrevió a mostrar material nuevo y de gran nivel. La banda musical extraordinaria, donde destacó la corista, una morenaza costarricense con una voz digna de Aretha Franklin. Se llevó el tetra pack y la ovación del público que lo esperó hasta la madrugada.

Ahora la tercera noche.

Animadores: Desempeño correcto. Manejaron bien el trance de Ruddy Rey. Nada que decir.

Ana Gabriel: Su caso tiene muchas similitudes con el de Laura Pausini. Una artista que no venía hace casi dos décadas al festival y que no estaba en la cresta de la ola hace rato; con un grupo incondicional de fans (al punto que fue elegida la artista más popular del evento); con un apoyo musical de primera categoría (en este caso, cuarteto de cuerdas chileno y mariachis); llevando con dignidad sus años y kilos de más; una ‘bestia del escenario’, con manejo total del espectáculo; con una gran voz y un repertorio lleno de lo mejor de la música popular mexicana. Ana, al igual que Laura, se tituló de diva. Sacó tetra-pack, que los recibió como si hubiera ganado un Oscar y dejó al público pidiendo más.

Ruddy Rey: ¿Qué quieren que les diga? El tipo fue valiente, corajudo, se esforzó, sudó la gota gorda, pero no hubo caso. El monstruo se lo zampó de una. Podrá alegar que lo perjudicó salir después de Ana Gabriel, pero ese argumento no vale. El año pasado, Memo Bunke tuvo que salir después de Elton John, y sin embargo logró zafar, sacar adelante su rutina y hasta llevarse premios. Su problema no fue Ana Gabriel, sino que lo precario y básico de sus recursos. Ruddy Rey es la versión súper-ultra-híper-extra amateur y pobre de Stefan Kramer. Intentó hacer algo parecido a lo de Stefan, pero con el 1% de su profesionalismo. En las voces sonaba similar, pero en la puesta en escena no había comparación posible. Kramer dejó una vara altísima con su show del 2008, y el que pretenda hacer humor basado en imitaciones musicales no puede hacer caso omiso de ello. Ya le pasó al dominicano Julio Sabala, que tenía fama en Latinoamérica de ‘gran imitador’. Sabala se presentó por segunda vez en el Festival, pocos años antes de que fuera Stefan, pero cuando éste ya era conocido por sus frecuentes apariciones en televisión. El monstruo, acostumbrado a la calidad que ya mostraba Kramer en ese momento, no le compró el show a Sabala y se lo devoró sin misericordia. La lección es clara: si pretendes ir al Festival de Viña con un show basado en imitaciones musicales, revisa mil veces el show de Kramer, pídele consejos a él y trata de preparar algo de nivel similar o mejor. Una pena por el bueno de Ruddy, pero tendrá que bancarse el trago amargo y sacar lecciones de esto. Y para ponerle la cereza a la torta, echa una talla fome sobre Paco de Lucía, y a las pocas horas muere el gran guitarrista español.

Raphael: No lo vi. Queda para la próxima entrega. Lo que sí, después de años alargando shows y haciendo que los colegas que venían después salieran a la hora del níspero, fue bueno que le tocara ahora a él cantar en plena madrugada.