En la edición de “Las Últimas Noticias” del viernes 10 de abril pasado, se dio a conocer la nueva ocupación con la que del destacado periodista Bernardo De La Maza pasa sus días de jubilado: comentarista de actualidad en Youtube. A la fecha ha publicado tres videos, logrando gran aceptación y mostrando una faceta de Don Bernardo inimaginable en su época televisiva.
Bernardo de la Maza es mucho más que el reportero de la legendaria entrevista a “Súper Taldo”, el conductor que se enredaba con las palabras o que se tuvo que tragar una mosca en plena transmisión. Es un verdadero ícono del periodismo televisivo nacional: fundador de TVN y periodista en sus inicios; comentarista internacional de Canal 13 durante finales de los 70 y la década de los 80; fundador y conductor durante casi 3 lustros del noticiario “24 horas”·de TVN junto a Cecilia Serrano; y conductor de Meganoticias durante 3 años. Autor del libro “Aquí Moscú”, donde describió el proceso de la Perestroika, y conductor de “Nuestro Siglo”, un documental premiado internacionalmente donde relató la historia de Chile en el siglo XX. Luego de dejar Mega y de incursionar en la vida académica, De La Maza se dedicó a vivir plácidamente de su jubilación. Sin embargo, el bichito de su profesión de toda la vida le volvió a picar, y ahora lo tenemos en una nueva faceta como comentarista en su propio Canal de Youtube.
Apoyado por la productora MOBA Imagen, el periodista ha publicado a la fecha tres comentarios, dos sobre la actual crisis institucional que afecta a Chile y otro sobre la polémica designación de Juan Barros como Obispo de Osorno.
En estos comentarios, hemos visto a Bernardo De La Maza como jamás lo vimos en su carrera televisiva: “a calzón quitado”, asertivo y punzante. Si bien se le nota más suelto de lengua en su cuenta de Twitter @bdelamaza, resulta inesperado verlo en esta faceta tan cruda y dura. Criticó duramente a la presidenta Bachelet, llegando incluso a afirmar que debería renunciar a su cargo si se revela que no se enteró del caso Caval por la prensa; dejó al “Galán Rural” y al resto del gabinete como una tropa de monigotes sin peso político; y criticó ácidamente al Cardenal Ezzati por la nominación de Barros como Obispo de Osorno. Incluso, aunque manteniendo su conocido tono caballeroso y ponderado, y sin caer en la coprolalia, se escucharon algunas perlas de irreverencia, como las referencias al sobrepeso de Bachelet; el llamar “Sebastiancito” al vapuleado hijo de la presidenta; y decir que Natalia Compagnon salió “buena para los negocios y para los negociados”. Los comentarios de Don Bernardo no tienen nada que envidiarle a los de los hermanos Mosciatti en la radio Bio-Bio, a los que hacían Fernando Paulsen y Beatriz Sánchez cuando estaban en ADN Radio, o a los de referentes de las redes sociales como Nicolás Copano en Radio La Clave.
Considero alucinante que un periodista de la “vieja guardia” se haya atrevido a dar el paso de integrarse al mundo de Internet, que representa un brutal cambio de paradigma respecto al periodismo que ejercieron durante toda su vida. Youtube y las redes sociales le proporcionan a los usuarios plataformas inigualables donde expresar sus opiniones sin necesidad de intermediarios que les pongan cortapisas. Que alguien del prestigio y la trayectoria de Bernardo De La Maza los use es un gran acicate para que otros, sobre todo los más jóvenes, lo intenten.
Este “Bernardo De La Maza 2.0” ha suscitado gran interés. Los videos sobre la crisis institucional han tenido más de 25000 visualizaciones y más de 100 comentarios cada uno. Y fue tema en Twitter, llegando incluso a ser Trending Topic. Como era de suponerse, mucha gente se sintió interpretada por sus ponencias, mientras otros la rechazaron. Representativa resulta la opinión de otro veterano de la prensa, Jorge Andrés Richards, quien señaló en su cuenta Twitter @ja_richards: “Ojala Bernardo de la Maza hubiera sacado la voz con tanta fuerza durante la dictadura de Pinochet, como lo hace ahora con M Bachelet”.
Personalmente, discrepo con Richards. Creo que nadie está obligado a ser héroe o mártir, y nadie tiene el derecho de obligar a otros a serlo, o a cuestionarlos porque no escogieron serlo. ¿Por qué De La Maza no fue tan crudo durante la Dictadura? Seguramente porque sabía que, si lo hacía, podía terminar sin trabajo y perseguido como Patricio Bañados, o incluso muerto como José Carrasco Tapia. De hecho, en el programa “TVN 40 Años”, De La Maza contó que en un momento dado fue despedido de TVN por decir en un ensayo sin cámaras “Bienvenidos a 60 Minutos, el noticiero más mentiroso de la televisión chilena”. Por otra parte, si De La Maza lo hace, ¿habría logrado algo relevante más allá de ser despedido del canal y tener todas las puertas laborales cerradas? Finalmente, ¿Quién es Jorge Andrés Richards o cualquier otro para exigirle a De La Maza inmolarse profesionalmente o incluso personalmente?
Bernardo De La Maza y otros profesionales que trabajaron en TV durante la dictadura, tuvieron que tragarse cosas mucho más desagradables que una mosca durante esa aciaga época de nuestra historia. Con una carrera, una familia y una integridad física que cuidar, no era llegar y decir “verdades”, pues a la larga eran más útiles a sus familias vivos y con trabajo que muertos o cesantes. Los que teníamos uso de razón en los años 80 recordamos el miedo a opinar que existía, las advertencias de nuestros padres de no dar opiniones políticas por el temor a ser considerados opositores al régimen imperante, con todo lo que ello podría significar. Aquellos que optaron por hablar fuerte y dar la pelea hasta las últimas consecuencias se merecen todo mi respeto y admiración; pero a su vez los que optaron por guardar silencio y navegar en las turbias y tormentosas aguas dictatoriales lo mejor que pudieron me merecen al menos comprensión.
La crítica de Jorge Andrés Richards lleva a analizar el grado efectivo de independencia de los periodistas cuando trabajan para un medio de comunicación. En la entrevista de LUN, el propio De La Maza reconoce que, incluso en la actualidad, no podría hacer estos comentarios en un canal de TV abierto. Si antes fue el poder político y eclesial, ahora lo es, y en mayor medida, el poder económico. Han sido incontables los casos de profesionales que han tenido que dejar sus cargos por “tocar” intereses de poderosos. Con la irrupción de programas como “Contacto” o “Esto No Tiene Nombre”, el periodismo ha empezado a faltarle el respeto al poder.
Al final, en el periodismo pasa lo que pasa en cualquier otro trabajo: morder la mano del que te da de comer es peligroso, aun cuando hayan buenos motivos para ello. Decir cosas, por muy ciertas que sean, que afecten los intereses o el ego de tus jefes o de los auspiciantes, te hace correr serio riesgo de perder el puesto. Bernardo De La Maza se puede dar ahora el lujo de hablar “a calzón quitado” porque no tiene jefe a quien responderle, está retirado, vive bien con su jubilación y por lo tanto no tiene nada que perder. Como dijo en alguna ocasión la fallecida periodista Patricia Verdugo, “la verdadera independencia es la independencia económica”. Mientras tu calidad de vida dependa de alguien más, no eres 100% independiente. Por eso, por ejemplo, Marcelo Bielsa es capaz de mandar a la punta del cerro a sus jefes cuando las cosas no le gustan. Como vive de manera austera y ahorra la mayor parte de su sueldo, es independiente económicamente, por lo que los poderosos no lo pueden chantajear con el despido. Ahí tienes dos opciones, ambas asumidas legítimamente por muchos: Aprender a moverse dentro del rayado de cancha que te imponen los jefes, o bien no transar y asumir las consecuencias de ello, como lo hacen los Mosciatti, Pamela Jiles, Nicolás Copano o Jorge Lanata.
Será interesante ver cómo sigue la aventura de Bernardo De La Maza como Youtuber. Si mantiene o acrecienta el efecto logrado a la fecha, sería un gran porte y un excelente colofón a su exitosa carrera como periodista.