La señal privada recibió una amonestación tras emitir una pieza audiovisual creada por periodistas, informando la incipiente acción que se generó al iniciarse el estallido social, y que fue calificada como una especie de «visos dictatoriales y despóticos».
Por su parte, Chilevisión tuvo una defensa que apeló a la pacificidad con la que comenzaron las manifestaciones que adoptaron «El que baila pasa»: «En la nota en particular se muestra que la situación descrita se ha dado de forma pacífica y ha sido bien recibida por los automovilistas, quienes han decidido participar».
«El carácter de la nota, en todo momento, muestra cómo se ha logrado manifestar la sociedad de una forma pacífica a través del corte de calles en algunos sectores de Santiago por las multitudinarias marchas, en que los automovilistas que se han visto detenidos en medio de los cortes de calles, han logrado pasar, siendo vitoreados por los mismos manifestantes», agregan.
Además, se expone que lo exhibido en la nota «son hechos de la realidad que se originaron espontáneamente dentro del contexto de la crisis social que estaba viviendo nuestro país, por lo que no informarla a toda la audiencia, podría entenderse como un acto de censura que atentaría contra los principios básicos del periodismo».
A pesar de esto, la respuesta de la corte fue enfática: «Se muestre o no coerción o violencia en la inconducta de los manifestantes para con los transeúntes en la nota de que se trata, el meollo del asunto no está constituido por abstenerse de informar ‘hechos que se originaron espontáneamente’, lo que pudiera considerarse un acto de censura, sino en la manera de informar esos hechos».
El organismo estatal tuvo en consideración el rol del periodismo para tomar su decisión: «La información en periodismo se entiende como un bien social y no como un producto, lo que significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida y es responsable, no sólo ante quienes controlan los medios, sino principalmente ante la sociedad. (…) La responsabilidad social del periodista requiere que él o ella actúen, bajo todas las circunstancias, en conformidad con el sentido ético personal y asuman el papel que desempeñan en la información transmitida».
Finalmente, la multa, que llega a aproximadamente 5 millones de pesos, fue aplicada en base a «la liviandad con la que fue mostrada la nota cuestionada, sin representarse el efecto y la influencia que pudiera ejercer sobre los asistentes, exhibiendo como jocoso y pacífico, un comportamiento totalmente ajeno al respeto por los demás, con visos dictatoriales y despóticos».