El cuarto capítulo de la segunda temporada de «House Of The Dragon» («La Casa del Dragón») dejó a los seguidores de la serie con el alma en un hilo. El episodio presentó una de las batallas más esperadas para quienes conocen la historia de Westeros: Rook’s Rest (Reposo del Grajo). Así se da inicio a la llamada «Danza de los Dragones«.
Con la llegada de Ser Criston Cole y sus hombres a Rook’s Rest, el consejo de Rhaenyra decide enviar a sus propias fuerzas para enfrentarlos. A pesar del ofrecimiento de sus hijos para ir al combate, la legítima reina rechaza su ayuda debido a su falta de experiencia y porque es consciente de que no puede arriesgar su vida ni la de sus herederos.
Rhaenys, valientemente, decide intervenir con su dragón Meleys, viendo en esta misión una oportunidad para poner fin al conflicto. Sin embargo, ella y el consejo desconocen que todo es una trampa bien orquestada por sus enemigos.
La trampa de Rook’s Rest
Al llegar al lugar con Meleys, Rhaenys es recibida por una lluvia de flechas disparadas por los defensores de la corona, quienes han tomado control de una parte estratégica del campo de batalla en Rook’s Rest. La situación se complica inesperadamente con la aparición de Aegon II montado en su Sunfire en el campo de batalla, sorprendiendo incluso a Ser Criston Cole.
La batalla aérea toma un giro dramático cuando Aemond entra en escena con Vhagar desatando una violenta confrontación. En un acto de aparente traición, el tuerto ataca a su propio hermano con fuego de dragón cuando éste luchaba contra Rhaenys, dejándolo fuera de combate.
Luego de un apasionante duelo, Vhagar termina mordiendo a Meleys en el cuello. Al darse cuenta de que no hay escape, Rhaenys acepta su destino trágico y cae junto a su fiel dragón hacia una muerte segura en Rook’s Rest. La desgarradora escena dejó a los espectadores con un sentimiento de pérdida profunda y así lo hicieron saber a través de las distintas redes sociales.
El episodio termina con Aegon II gravemente afectado, mientras Aemond señala a Ser Criston el lugar donde se encuentra el Rey, entre cenizas y escombros, sintiendo una pesada carga de responsabilidad por el plan fallido que ha llevado a esta devastación.