Por medio de sus redes sociales, el periodista salió a desmentir categóricamente la vinculación que se le hizo en las últimas horas a través de un artículo publicado en El Mercurio, con la incitación de la violencia en los días donde se desató el Estallido Social a partir del 18 de octubre de 2019, cuando trabajaba como panelista en el programa «Bienvenidos» de Canal 13.
Fue en su cuenta de Instagram, que Mauricio Jürgensen aprovechó la tribuna para aclarar la situación en detalle. «Ocupo este espacio para hacerme cargo de una alusión insólita aparecida hoy jueves 20 de octubre en El Mercurio de Santiago, medio donde además inicié mi carrera profesional hacia fines de los 90», partió manifestando.
«En un artículo titulado ‘Un debate pendiente: el rol de la TV en torno al 18/O’, y que firma alguien que se identifica como ‘A.F.’, se me menciona únicamente a mí, con nombre y apellido, como el ejemplo de ‘panelistas y/o periodistas’ que con sus opiniones ‘relativizaron’ la violencia asociada al estallido y donde además se sugiere ‘analizar e investigar’ ese supuesto rol ‘instigador’», prosiguió su declaración, asegurando que «por mi honra, el apellido de mi familia que llevan mis dos hijos menores de edad y mi trayectoria profesional, (así como también por el legítimo derecho a la libre expresión como periodista y derecho a réplica como aludido), condeno y rechazo categóricamente que el medio en cuestión me adjudique rol alguno, indirecto o no, en los hechos de violencia y vandalismo que condené explícitamente en pantalla mientras trabajé en ‘Bienvenidos’, de Canal 13, así como también en privado durante esos días y hasta el día de hoy».
Jürgensen calificó de «grave y de muy mala intención que se pretenda atribuir a un profesional de las comunicaciones responsabilidad alguna en los gravísimos sucesos conocidos por todos. No puedo tolerar que se intente homologar el tono crítico y agudo que sí ocupé en las conversaciones y análisis en pantalla respecto de lo que pasaba durante esos días, con un supuesto ‘apoyo’ a los saqueos, quemas de locales, metro y mobiliario urbano, y atentados varios contra personas y funcionarios públicos, de hace tres años».
«Una cosa es tolerar y convivir con lo que se redacta en redes sociales, donde no hay supervisión editorial. Otra muy distinta es dejar pasar que un medio de comunicación se tome la libertad de mencionarme tan injusta e irresponsablemente en el contexto antes mencionado», sentenció.