La organización del evento más importante del país tomó en cuenta cómo la revolución social ha afectado los espectáculos masivos a lo largo de Chile, generando un nuevo plan de contingencia ante sucesos inesperados.
«Nos hemos preparado mucho para poder recibir a la gente y asegurar que el público que compró su entrada, que hizo un esfuerzo en comprar su ticket, pueda entrar a la Quinta Vergara a pasarlo bien, como ha sido desde hace 60 años», fueron las palabras que entregó Daniel Merino, productor general del certamen, al diario La Tercera.
Por otro lado, Merino fue enfático en aclarar que los 17 accesos al Festival de Viña del Mar serán actualizados con detectores de metales: «Para este año vamos a incluir la mejora de habilitar pórticos detectores de metales, y va a quedar permanente por los siguientes años».
Esta medida, según el productor: «Tiene que ver con responder a dos cosas: a la seguridad en el contexto actual, y a un deseo que teníamos de hace un rato de colocar los pórticos. No los colocamos antes porque instalarlos significaba cambiar rotundamente el plan de accesibilidad, mover los cortes de ticket, porque primero tienen que venir los pórticos».
Además, el inicio del espectáculo está contemplado para las 21:15 horas, adelantándose considerablemente a sus ediciones anteriores. Por otro lado, fue anunciada la iluminación del cerro en el que se encuentra el anfiteatro, con el fin de evitar «colados».
Tal como el año 2019, las pancartas que sean llevadas por el público quedarán vetadas, pudiendo usarse únicamente aquellas que sean entregadas por los auspiciadores del evento y escritas por los promotores encargados.
Finalmente, fue anunciada una mayor dotación de cámaras y guardias de seguridad: «Nos dimos cuenta de que debíamos proteger mejor la zona del perímetro, como por ejemplo, la galería (…) Por lo tanto, tengo una capacidad mayor y me exige a mí tener más guardias».