Desde su parcela ubicada fuera de Santiago, Silvia Guazzini, “Coca”, realiza un recorrido en su carrera de teleseries junto a “Impacto en el Rostro”, podcast en Spotify.
La actriz habla también sobre Mercedes Walker, su personaje en la próxima nocturna de AGTV, “La Torre de Mabel”. En la producción que actualmente se encuentra detenida debido a la emergencia sanitaria, su rol tendrá un vínculo muy cercano con la marihuana.
Tuviste roles en la teleserie “La Madrastra”, “Alguien por quien vivir” y “Las Herederas”, todas de Canal en los años 80’s. ¿Cómo recuerdas esa televisión?
La televisión era absolutamente distinta, incluso en algunas teleseries las escenas se hacían como en secuencia, donde tú pasabas de una escenografía a otra. Las escenas eran muy largas y si alguien se equivocaba, tenías que hacer todo el recorrido de nuevo. Eran escenas muchísimo más largas. Eran teleseries entretenidas donde todo el mundo se juntaba a verlas, en un espacio familiar. A partir de “La Madrastra”, el boom de las teleseries empieza a crecer.
En el año ‘93 te cambias a TVN con la teleserie “Ámame”, el primer trabajo de Quena Rencoret como directora…
“Ámame” es bien importante para mí porque fue la primera teleserie que yo hice en otro canal. Yo llevaba muchos años en Canal 13, todo el tiempo de dictadura. En ese tiempo en TVN había mucha más censura, en cambio en el 13 nosotros hacíamos programas de humor como “Chincol a Jote” con mayor libertad. Por supuesto que no podíamos hablar de todo, pero era más libre. Cuando me cambio de canal, de vuelta a la democracia, lo primero que hago es trabajar con la Quena Rencoret en “Ámame”. Entonces fue muy especial para mi porque con esta teleserie me dediqué a hacer teleseries. Las anteriores eran mas esporádicas, yo me dedicaba más a los programas de humor, que teníamos con un grupo de amigos como Cristián García-Huidobro, Malucha Pinto, Gonzalo Robles y yo. Entonces, partí conociendo a la Quena. Ella era muy joven y ya estaba empezando a dirigir. Fue una teleserie muy entretenida, que tuvo mucho éxito, en donde lo pasamos muy bien.
En el año ‘94 entras al elenco de “Rompecorazón” con Vicente Sabatini, donde interpretas a Elena Montané, una mujer que debe cambiar su vida por problemas económicos…
Trabajar con Vicente Sabatini fue fantástico porque es muy riguroso. Y era una teleserie muy entretenida en donde compartía escenas con Consuelo Holzapfel y Shlomit Baytelman. Fue un momento de harto trabajo, yo estaba haciendo muchas cosas en ese tiempo y no paraba, pero a pesar de eso, lo pasábamos muy bien. En general, en las teleseries lo pasábamos muy bien. Eran equipos grandes, de muchos actores, entonces teníamos la posibilidad de encontrarnos entre nosotros, de conversar mucho, de inventar cosas, de conocernos.
El año ‘96 realizas “Sucupira” en donde interpretas a una de las hermanas Lineros. La teleserie es muy recordada, no solamente por las hermanas, sino que por varios de sus secundarios…
“Sucupira” es una teleserie bien regalona para mí. Luisa era súper tontona. Bueno, en general, a mí me ha tocado muchas veces hacer de tonta o de mala (ríe). Ésos son como mis personajes en las teleseries. Lo pasábamos realmente bien. Estaba basada en una teleserie brasileña con muy buenos personajes que son inolvidables, como dices tú, aún la gente los está recordando. Y Luisa era parte de estas tres hermanas solteronas, que tenían un mismo amor secreto. También eran tan ingenuas, tan distintas en edad, personalidad… muy hermanas, muy aburridas de sí mismas, estaban siempre soñando con el amor. La Paty (Rivadeneira) la Anita (Klesky) y yo éramos muy amigas, así que imagínate. Era como un regalo. Teníamos el privilegio de trabajar jugando y en lo que a uno le encanta. La teleserie tenía mucho humor, pero también amor, que es un rasgo fundamental que tienen las teleseries que con el tiempo han tenido grandes éxitos y es que se combina todo, pero siempre teniendo al amor como historia central.
A propósito del humor, en el año ‘97 vuelves al elenco del segundo semestre en “Tic Tac” en donde interpretaste a Ivana Gabor, un personaje bastante excéntrico…
Sí, jugábamos mucho, había mucha improvisación. Es que en ese sentido la Quena es muy atrevida y osada, lo que es maravilloso en un director. En realidad, ella fue la que puso esta posibilidad de jugar a concho sin tener miedo. Si había algo que los actores querían proponer, estaba ese espacio para hacerlo. Los personajes, además, eran estilo cómics. Eran muy exagerados, estaban siempre como en el “borde”. Entonces era muy entretenido, porque si te daban ganas de improvisar, improvisábamos, de hecho, ahí fue la primera vez que le hablábamos a la cámara, desahogándonos, jugando con toda la locura en estos personajes desbordados. La Ivana era una loca desatada, niña, rara, entre mala y cómica y totalmente chalada. ¡Jugaba con barbies! Tenía un minigolf en el living en una alfombra como de pasto. Mi hija, la Mónica Godoy, era otra loca igual a su madre, un personaje precioso. Estaba la Leonor Varela que era como una heroína, la niña ingenua y enamorada que no entendía nada de esta madre loca que tenía un auto rosado. Ximena Rivas, Eva Félix en la teleserie, también tenía un gran personaje. La verdad es que ahí hubo un tremendo regalo para los actores de crear, inventar, ir más allá y que todo sea aceptado. En general, la creatividad venía de todos, de los que escribían, de la dirección de la Quena y de nosotros los actores.
Lo único que querías era matar a tu tía, interpretada por Peggy Cordero…
¡Sí pues! (ríe) Lo único que quería era matarla. Una vez la llevé a Fantasilandia para que le diera un ataque al corazón… pero no le pasaba nada, pero a mi personaje, sí.
El año ‘99 tu realizas “Aquelarre”, donde interpretas a Elena Vergara, la responsable que en el pueblo sólo nacieran hombres. Ahí tuviste una historia de amor con Edgardo Bruna…
“Aquelarre” es como otra de mis favoritas. ¡Es que estaba muy bien escrita! Ahí había personajes entrañables, estaba todo este grupo de mujeres que están basadas en La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. La historia de Elena Vergara es muy linda porque a raíz de su amargura y gran desilusión amorosa con Fernando Guerra, ella no quiere que nadie más sea feliz porque ella no lo logró. Es un personaje como de cuento, pero muy bien escrito. Ahí mi relación con Edgardo fue una de las historias lindas de amor que hicimos. Hicimos tantas parejas, pero ésta era muy linda. Había mucho odio, amor, venganza. Finalmente, es la historia de dos seres humanos que logran encontrarse y entenderse y quizás seguir cada uno el camino en el amor. Edgardo fue un gran compañero y amigo mío. Nos hicimos muy amigos. Tuvimos un recorrido juntos por muchos años. Nos encontrábamos, trabajábamos en teatro y hacíamos muy buena pareja de teleserie. Nos teníamos mucha confianza, nos reíamos mucho. Yo lo conocía muchísimos años atrás, cuando él hacía clases en la escuela de teatro. Era un tipo entrañable, inteligente, culto, entretenido. Sólo puedo tener hermosos recuerdos de Edgardo.
En el año 2002 hiciste “Purasangre”, donde interpretaste a Josefina, la reina del mote con huesillos, una historia ambientada en el mundo de la hípica. ¿Te gusta hacer personajes populares?
Me gusta, pero te diría que no soy tan buena para hacer estos personajes, me cuesta un poco más, pero cuando tienen humor y son más cercanos a la caricatura, ahí yo lo esbozo, me divierto mucho y tiro toda la carne a la parrilla. De hecho, en esa teleserie nos divertimos muchísimo. Éramos un trío con la Catalina Guerra, Edgardo Bruna y yo. Era un trío amoroso en donde yo era mujer de Edgardo y la Cata era la amante. Recuerdo que todo el día nos reíamos unos de otros, lo pasábamos realmente muy bien.
Coca, en el año 2016 te vas de TVN…
Claro, partí en “Ámame” y estuve veintitrés años en el canal…
¿Significó algo especial para ti partir de TVN? ¿O sólo fue cambiarte de edificio, ya que la mayoría de tus compañeros de trabajo, que te acompañaron todos estos años, estaban allá?
La verdad fue como dices tú. Fue como volver a encontrarse con los afectos antiguos que ya se habían ido casi todos a Mega. Igual no era llegar y partir, porque había que ser leal a un canal donde yo había trabajado tanto tiempo. Pero la verdad, es que cada vez había menos gente a la que uno podía acceder, a las personas que uno conocía… Había personas desconocidas a cargo del área y nosotros no estábamos acostumbrados. Cuando me llamó la Quena, mi contrato ya se estaba terminando con TVN y yo fui encantada. Agradecí mucho que me haya llamado en ese momento porque, como dices tú, era como cambiarse de casa no más.
Estabas grabando “La Torre de Mabel” para la productora de AGTV. Nuevamente te alejas de Quena Rencoret…
Mira, en el camino uno va recorriendo distintas personas. Por supuesto que para mí trabajar con la Quena fue siempre un placer, nos entendíamos muy bien. Yo siempre me he sentido bien en sus producciones, la quiero mucho, pero también, en la medida que uno va creciendo y se va poniendo mayor, vas entendiendo que la vida también va teniendo cambios y sobre todo los tiempos en que vivimos son de cambios. Ya no se trabaja de la manera que se trabajaba antes. Entonces el separarme es como irme a dar una vuelta y tener la posibilidad de volver a encontrarse en cualquier minuto. No es para mí como si me fuera y no nos fuéramos a encontrar. Yo estoy segura de que más adelante volveremos a trabajar juntas.
Hace un tiempo entrevistamos a Malucha Pinto y nos contó que Graciela, su personaje en “La Torre de Mabel” cultiva su propia marihuana con fines terapéuticos. ¿Qué opinas tú de la marihuana?
A mí me parece estupendo que estos temas estén en la televisión, porque quiere decir que son parte de todos nosotros, están en la sociedad y en nuestro país. La marihuana a mí me parece una droga bastante poco dañina, por decirlo así. Creo que si tú estás preparado y usas la marihuana como medicina o si también la quieres usar de repente para relajarte, eres grande y responsable, bienvenida sea. ¡Me parece que tendría que legalizarse ya, absolutamente! Yo no tengo ningún rollo con ella.
¿Y cómo se relaciona Mercedes Walker, tu personaje, con la marihuana?
Mercedes es muy amiga de Chela, el personaje de Malucha Pinto. En la teleserie, a pesar que fue mi nana y ya no trabaja en mi casa, somos cercanos, y finalmente ella me da a conocer esto que ella hace con la marihuana. Me encanta que esté este tema y, en realidad, deberían estar todos los temas en las teleseries. Ahora, evidentemente es una teleserie que tendría que estar en la noche. Está pensada para un horario nocturno, porque no puedes exponer este tipo de temas a las ocho de la noche porque en estos tiempos, estas teleseries son vistas por los niños. Entonces es una teleserie para gente con criterio formado, en donde si a alguien no le gusta, simplemente se puede cambiar de canal.
Coca, las jornadas de grabación de esta teleserie se ha visto afectada por la contingencia sanitaria. Un proceso bastante inédito…
Es súper complejo y duro para nosotros, pero no es más duro que lo que está viviendo la mayoría de la gente en el país. Por supuesto que nosotros no pensábamos que nos iba a pasar eso y que íbamos a poder seguir grabando una teleserie que estaba pensada para salir al aire luego, pero lo intentamos. Fue riesgoso volver a grabarla entre las cuarentenas, a pesar que la productora se preocupó y tuvo un protocolo de cuidados muy serio y riguroso. Lo intentamos todos, pero entramos en el peak de contagios del coronavirus y no podíamos ser irresponsables. Había que encerrarse y eso hicimos. Ya se verá cómo se retoma, aunque no está fácil.
Hay muchas personas que te recuerdan por tus roles en comedia, un espacio muy importante para estos tiempos difíciles…
Me encanta saber que he podido alegrar a mucha gente durante toda mi trayectoria como actriz, en espacios de humor en tiempos difíciles, como en tiempos de dictadura y los de hoy, por medio de plataformas digitales, aunque nosotros nunca perdemos las esperanzas de volver a estar en los teatros. Yo amo los teatros y quisiera volver a estar ahí y retomar las teleseries para estar con la gente con todo el amor del mundo. Espero que cuando salgamos de esto, seamos conscientes de que estamos un país con muchas desigualdades. Esto ya nos quedó claro con el estallido social y más ahora con esta pandemia. Espero que cuando salgamos y nos reencontremos todos de nuevo, seamos capaces de vivir de otra manera. Y que los próximos gobernantes sueñen un sueño con todos.