A Claudio Reyes se le sale el pensamiento por la boca. Rápido, sin control, como un vómito abrupto que esparce con ventilador alcanzando en ello a moros y cristianos, pero principalmente a muchos protagonistas del quehacer nacional.
Y esa marcada tónica de vivir lanzando torpedos no fue la excepción durante la entrevista que le realizó el semanario “The Clinic”, ocasión en la que justamente le consultaron el porqué de esa personalidad tan incendiaria.
“Es que yo soy así, compadre. No filtro. Soy de campo. Tengo la boca conectada al culo”, le respondió al periodista, agregando que, con esa actitud, ni siquiera es ídolo en la derecha.
“Te pueden apoyar por aquí y por allá, pero…¿te digo algo? Al final del día uno está solo. Nadie se acerca… ¡La derecha siempre ha sido cobarde! (…) Siempre ha sido muy egoísta, muy personalista! Estoy defraudado de la derecha de este país”, comentó el intérprete.
Y ni hablar del proyecto para una nueva Constitución: “No me interesa leer huevadas. Prefiero ver alienígenas”, reconoció, apuntando además de que Chile estaba lleno de resentidos. “Son todos mal agradecidos (…) Este país está como el forro”.
Reyes, que alcanzó el éxito gracias a su participación en las teleseries “La Represa”, “La Torre 10”y “Bellas y Audaces”, luego con su incorporación al programa “Jappening con Ja”, donde interpretó, entre otros personajes, al Huaso Clemente y el reconocido “Charly Badulaque”, y luego también alcanzó fama gracias a la interpretación de la canción “La tarde está llorando y es por ti”, comenta que tras el retorno a la democracia, su carrera se vio afectada por su pensamiento político. Aunque reconoce que fue una situación amorosa la que le pasó la cuenta: tuvo un amorío con una nieta de Augusto Pinochet.
“Eso cagó mi carrera. Salió en todas partes. Y de pronto no me llamaron más”, explicó sobre un escenario, frente al cual, decidió convertirse en el actual represente de la derecha extrema. “Me dije: ‘Ah, me sacan porque me creen fascista…¿Quieren un fascista? Un fascista van a tener’”. Desde ese día, Reyes nunca más aplicó filtro a sus opiniones sobre la contingencia política.
Aun así, y en medio del familión que armó con sus siete hijos nacidos de parejas variadas, dice que es demócrata con sus ideas (uno de ellos es militar y otro es comunista). “Nos llevamos muy bien. Cuando nos juntamos no hablamos de política”, reconoce.
También respeta la de sus amistades. “Tengo amigos comunistas que adoro y que me adoran. Y nos reímos. No hay ningún problema”, dijo enfático el actor que hoy se le puede escuchar en el programa “Gato por liebre” de Radio Agricultura y reconoce tener una vida tranquila. Una que, sin embargo, espera gozar no más allá de los 75 años. A esa edad, contó, le pedirá a Dios que le dé un ataque cardíaco y muera sin causar molestias. Total, tiene todo ordenado y ninguna deuda por saldar.