Después del lamentable e injusto final de “Campo Minado”, se echa de menos un programa de análisis de contingencia con ironía, tanto en la TV abierta como en el cable nacional. La actualidad está proporcionando material de sobra para reírse a carcajadas de ella, y lo sucedido con Edo Caroe, Natalia Valdebenito y Rodrigo González en el pasado Festival de Viña revela que hay público potencial para ello. En el 2016 no existió esa instancia: “Minas al Poder” privilegió los clichés femeninos antes que la contingencia, y apenas se vieron algunos intentos de parte de Nicolás Copano en “Mejor Que La Televisión”.
Mientras tanto, en el resto de Latinoamérica existen muchos ejemplos de programas que analizan la contingencia combinando la comedia con el periodismo serio: Jorge Lanata con “Periodismo para Todos” en Argentina, el peruano Jaime Bayly en Miami….y el más reciente: “#CHUMEL”, programa de la filial latinoamericana del canal HBO, y que a grandes rasgos es la adaptación mexicana del reconocido “Last Week Tonight” conducido por el comediante británico John Oliver, un consumado y asertivo maestro del sarcasmo aplicado a la actualidad noticiosa.
El gran desafío de ser el símil latinoamericano de John Oliver lo asumió de gran forma el vlogger mexicano Chumel Torres, cuyo canal de Youtube “El Pulso de la República” tiene más 1.5 millones de seguidores. “El Pulso de la República” es un deslenguado noticiario de actualidad de bajo presupuesto y alta carga de irreverencia, donde se mezclan los análisis asertivos de actualidad y los gags al más puro estilo de Germán Garmendia.
“#CHUMEL” mezcla astutamente el esquema de “Last Week Tonight” con el estilo desenfadado del “Pulso….”. Chumel, cuya cara es una mezcla entre Carlos Villagrán y Sylvester Stallone, con un estilo algo pasado de revoluciones, una voz algo chillona y un lenguaje saturado de jerga mexicana se despacha verdaderas clases de actualidad y educación cívica mezcladas con sarcasmo y hasta humor negro de la mejor clase.
A pesar de que las temáticas son mayoritariamente mexicanas, resulta igualmente entendible y divertido, y es que las problemáticas en el país de los charros son muy similares a las que tenemos acá: políticos corruptos y chantas, problemas con el sistema previsional, femicidios, etc. Además, las décadas acumuladas viendo a Chespirito y las teleseries mexicanas, y escuchando música ranchera han logrado que estemos lo suficientemente familiarizados con la jerga mexicana como para entender lo que dice Chumel Torres.
La casi única referencia de este programa a Chile se produjo cuando habló de las rivalidades de los diferentes países, y Chumel festinó con el español inentendible para el resto del continente que se habla por estos lados, lo cual le hizo acreedor de algunas respuestas hostiles.
Sería genial que un canal se atreviera a hacer una versión chilena de “#Chumel” o de “Last Week Tonight”. Está la necesidad y hay gente suficientemente talentosa, inteligente y valiente para hacerlo. Lo más cercano que tenemos a esto son los videos virales de Woki Toki, Jorge Alís y Stefan Kramer. Como los canales masivos, ya sea por falta de cojones o temor a presiones de auspiciadores y “poderosos”, se ven poco proclives a estos desafíos, la irreverencia tendrá que llegar a través de Youtube, tal como lo hizo Chumel.