En la teleserie del 2008, que actualmente TVN sube a su canal de Youtube, la actriz realizó a Guadalupe Mardones, rol que terminó siendo interpretado por Begoña Basauri en su recta final. Con respecto a los verdaderos motivos de su salida, Celine aclaró que fue por un problema de salud.
“Le pedí perdón a la Quena Rencoret y me arrepiento de haberlo hecho de esa manera”, declaró la actriz en el podcast “Impacto en el Rostro” en Spotify, en donde también realizó un recorrido de su carrera en televisión.
¿Cómo llegaste a “Descarado”, tu primera teleserie?
Me recomendó Héctor Morales, lo conocí cuando hice una película de la escuela de cine, con un papel chiquitito. Fui a una reunión, me encontraron cara de niña y quedé. Lo único que yo quería era entrar a trabajar porque ya tenía una hija, pero fue una manera muy fuerte de entrar a la televisión. Me impactó cómo era ese mundo. No me hallé en mi primera teleserie, por decirlo así. Mis mejores amigos eran Lucho Gnecco, Carmina Riego y la Antonella Ríos, que fue muy amorosa conmigo. Pero en general no fue una buena experiencia.
¿Y pensaste en no seguir con las teleseries debido a esta experiencia, antes de hacer “Alguien te Mira”?
¡No, para nada! Yo quería seguir trabajando. “Alguien te mira” fue lo máximo porque fue lo contrario a “Descarado”. Me llevé bien con mis compañeros, con Luz Valdivieso, que era mi hermana y Pancho Pérez-Bannen, que fue mi amante en la teleserie. Él me hizo sentir muy cómoda en todas las escenas de sexo. Además, conversábamos mucho, tenemos la misma sensibilidad. Todo era como más ameno y más amable. Lo pasé bien haciendo esa teleserie, aunque al principio yo estaba toda “chupada” cuando actuaba y la Quena me echó una retada que me encantó y me hizo encontrar el personaje al tiro. Y eso era muy distinto a lo que había vivido anteriormente en donde, daba lo mismo lo que hiciera, porque no era tan importante y no había tanta dirección de actores. Esto era más como un thriller con mucho suspenso, lo pasé infinitamente mejor en esta teleserie.
Mas allá de pasarlo bien, ¿encontraste que la teleserie quedó bien hecha?
Es que yo soy fanática de las series de detectives inglesas, entonces no sé que decirte. A veces se nota mucho que las escenas están grabadas en estudios y faltan lugares verdaderos. En esta teleserie se notaba un poco que eran estudios. Probablemente las series inglesas como «Prime Suspect», «Inspector George Gently» y «Vera» también están grabadas en estudios, pero no se nota por la iluminación y dan esa sensación de realidad.
Al año siguiente interpretaste a Teresita en “El Señor de la Querencia”, la caprichosa hija de José Luis Echeñique, que finalmente era “la morena”…
Esa teleserie era como un gran culebrón que tenía como todos los ingredientes, como la violencia sexual que, lamentablemente, siempre vende, y en ese tiempo no se tenía la misma conciencia que hoy. También, tenía un montón de ingredientes del melodrama clásico y lleno de reveses que hacen que la gente vibre. Primero me violaba mi abuelo, el tipo que me gustaba estaba enamorado de mi mamá y en el último capítulo me mataba mi papá. Lo pasaba pésimo la Teresita y tenía esa manera como hipersexualizada de enfrentar algunas cosas que venía de la violación por su abuelo.
¿Como recuerdas haber grabado la escena de tu muerte?
Fue heavy porque en ese tiempo yo era mucho más flaquita y me pusieron como todo ese cargamento sobre el cuerpo que explotaba y que tenía como una especie de motorcito que te llevaba hacia atrás. No sé si el aparato que me pusieron era para mi peso, porque cuando me disparaban, esta cosa explotó y yo volé hacia atrás y caí sentada en el suelo con los ojos abiertos. Después quedé con un dolor horrible. El mismo dolor que me provocó esa caída hizo que me saliera una lágrima en el momento de mi muerte, que se vio en la escena y que sostuve hasta el final… Pero que dolía de una manera… (ríe).
¿Y esa escena la viste después en el monitor?
No sé si la vi, porque esta escena la viví mucho. Además, después de mi muerte, llegaba la Sigrid Alegría, que era mi mamá, y ella tiene las emociones muy a flor de piel cuando actúa, entonces yo sentí mucho su pena de perder a su pequeña hija y que el destrozo ya no podía ser más grande. Entonces, eso no quería verlo en el monitor porque vivirlo ya fue algo muy hermoso y que me entretuvo, a pesar de que me hizo sufrir, sentí que fue una buena escena. No se cómo habrá quedado. Yo no veo mucho las teleseries que hago. Las hago y me encanta hacerlas, pero no me entretiene el ejercicio de mirarme después. Es porque hago muchas otras cosas y me gusta aprender, ver mucho cine, entonces no voy a estar mirando una teleserie que ya hice. Pero sí me alegra que les vaya bien a las teleseries porque así voy a tener más pega.
El mismo año pasas a la teleserie vespertina “Hijos del Monte”, en donde interpretaste a Guadalupe. En los últimos capítulos, tú sales repentinamente de las grabaciones y te reemplaza Begoña Basauri. ¿Qué fue lo que paso?
Sí, eso fue un gran “cagazo”. Bueno, es demasiado íntimo de explicar, por eso me carga un poco hablar de esto. Yo salí de una operación y tenía que pasar por un periodo de rehabilitación, entonces me dio como un “trulululu” y mucho miedo de seguir grabando porque me iba a ver afectada en este proceso. Iba a quedar la cagada en mi vida, según yo. Bueno, dejé la cagada y me arrepiento de haberlo hecho de esa manera. Le pedí perdón a la Quena en su momento. Igual quedé estigmatizada como alguien con problemas psicológicos y psiquiátricos.
Sin embargo, con María Eugenia Rencoret seguiste trabajando en “Eres mi tesoro” y “Te doy la vida”, entre otras…
¡Pero obvio! Si yo trabajo bien (ríe). Igual siempre queda como la “leyenda” que yo soy la actriz que se salió de una teleserie, pero ésa es la única cosa poco profesional que he hecho. Yo creo que lo hago bien y, si no fuera así, la Quena no me hubiese vuelto a llamar nunca más. Entonces eso fue lo que pasó, no fue por capricho. Hubo portadas en diarios en donde se decía que yo me fui a poner pechugas o que me fui de la teleserie porque me fui a hacer la película con Marco Zaror y no tenía nada que ver. Fue algo demasiado íntimo y muy difícil de explicar sin que se tome para la chacota.
¿Tienes un bonito recuerdo de Sabina de “Primera Dama”?
Absolutamente. Lo pasé demasiado bien. Mal también, porque estuve como nueve meses como viviendo en Canal 13 sin parar y todo caía sobre mis hombros porque la teleserie se llamaba «Primera Dama» y yo era esa persona. Era una carga de trabajo muy grande, pero tenía unos compañeros con que lo pasaba muy bien. Yo siento que ellos me dieron mucho amor en general. ¡También recuerdo que me encantó trabajar con Carolina Arregui, qué buena actriz! Ella vibra. No es sólo lagrima, sino que sentimiento. Siento que ella me quiso más allá del personaje. Es como una compañera en la que uno se puede apoyar. Y después, estuvo toda esta polémica con Herval Abreu, con la que no podría estar más en desacuerdo…
¿En qué estás en desacuerdo?
Con que una persona que tenga poder sobre otra haga sentir acorralada a cambio de trabajo. Eso yo lo encuentro terrible. Yo nunca supe nada sobre las prácticas que él supuestamente hacía, porque conmigo nunca fue así. Sin embargo, hubo gente que nunca me creyó. Con Herval hablábamos portuñol, yo no hablo portugués, pero me gustaba toda esta cultura de teleseries brasileñas, entonces ésas eran las conversaciones que teníamos, ésa era la onda. Quizás unas personas se ven más frágiles que otras y él me encontraba como más fuerte, no sé…
¿Fue muy duro ver tu cara en los afiches de esta teleserie?
¡Ay, sí! ¡No me gustó esa foto! Esa foto la miraba y no me gustaba. La sacó uno de los mejores fotógrafos de Chile. Yo creo que yo estaba en un mal día. Iván Petrovic tiene unas fotos estupendas de Rusia, pero me tomó esta foto, que no está mal, pero yo soy la que sale horrible. Parezco como a la Enna Von Baer. Me veo como agresiva, pero pesada, no como “boss bitch” sino como… sólo “bitch” (ríe). Bueno, creo que eso siento porque soy muy insegura. Por ejemplo, a pesar de tener buen “feedback” yo nunca supe si mi personaje me salió creíble o no.
También has realizado algunas series como “Bim bam Bum” y “Gen Mishima”…
A mí me gustó «Gen Mishima» porque era un formato que nunca había visto y el hecho de que yo fuera protagonista, obvio (ríe). También me encantó que era un elenco súper joven. Había una escena en donde yo enfrentaba como a Dios con una espada china, entonces me puse a hacer clases de espada china como tres meses para hacer una coreografía. Entonces grabamos la escena y todo, conmigo haciendo los movimientos correctos y esa escena se borró (ríe). Entonces tuve que grabarla de nuevo, pero ya se me había olvidado la coreografía. ¡Entonces fue patético! Eso no me gustó. Porque habría sido muy linda con la coreografía original.
“Casa de Muñecos” tenía como protagonista a Gaby Hernández. ¿Qué te parece que en las teleseries existan pocos personajes mayores?
¡Eso es lo que yo te digo! Yo soy fanática de las series inglesas y ahí todos los protagonistas son mayores de sesenta años. A mí no me interesa ver una historia de gente joven. Encuentro que las problemáticas de la gente mayor son más interesantes que las de la gente joven. Creo que eso no se ha pensado mucho porque hay como un culto a la juventud y la belleza física. Nunca pondrían a un policía guatón de sesenta y cinco años. Jamás. Porque piensan que tienen que ser buenos para los combos o algo así. Me encantaría que haya una teleserie en un asilo de ancianos y ver el amor en esa edad. Igual me gustan las historias de jóvenes en otros aspectos, pero yo quiero llegar a tener una cara que cuente una historia y que haya vivido, y eso es de una persona que es mayor. No me interesa si es linda o no, no se trata de eso, sino de lo que proyecta. Eso creo que es algo que no se ha entendido muy bien acá.
¿Cómo recuerdas el trabajo con Gaby Hernández?
Ella se quebró la cadera justo cuando estábamos grabando la teleserie y finalmente se supo sobreponer. Cuando uno se quiebra la cadera a una edad avanzada es súper difícil sobreponerse y ella lo hizo. Tiene una fuerza como sobrehumana, porque cualquier otra persona se va a la cresta. Cuando a mi abuelita se le quebró la cadera, ella después sólo podía andar con un burrito. Pero ella no. Es súper disciplinada. Debe haber estado con una presión muy grande, entonces este proceso no fue muy gozoso, estaba muy preocupada y la entiendo completamente, porque le pasaron todas las cosas que no le debían pasar. Yo no grabé tanto con ella. Yo grabé con mis hermanas y con Álvaro Morales, entonces lo que yo veía era que ella estaba muy preocupada, pero de todas formas me saco el sombrero por su estoicismo, su fuerza y su garra.
La producción de «100 Días Para Enamorarse» se vio afectada por la emergencia sanitaria. Ahí tu interpretas a Mané Valenzuela…
Sí, algo inédito, pero estamos viviendo algo inédito en el mundo y por suerte que paramos para no contagiarnos. Pero es heavy lo que pasó. Bueno, con respecto a mi personaje, lo amo mucho. Nunca había hecho comedia. Mi personaje en Argentina, la Inesita, es mítica y para mí era un desafío enorme construir un personaje que fuera igual de hilarante, en otra forma claro. Creo que aún tengo tiempo para lograrlo porque está en la mitad. Llegamos al capítulo 57 y falta mucho por grabar. Pero es un personaje que yo disfruto mucho porque siento que soy chistosa en mi vida. Tenía ganas de hacer algo más parecido a mí.
Para ti, ¿quién hace buena comedia? Yo encuentro que Cata Guerra es buenísima…
Es que ella es un genio. Es muy buena comediante. Me encanta también la Claudia Pérez, la Carmen Gloria Bresky. Ella es seca, muy buena actriz en todo, pero una de las mejores comediantes de Chile junto con la Cata y también la Gloria Münchmeyer. La Cata sacó esa misma cosa de su mamá para hacer comedia. A mí también me sorprendió mucho la Sigrid cuando nos fuimos de gira por todo Chile con “Casa de Muñecos”. Ahí la Sigrid era seca en este espectáculo. Ella es música, tiene algo de oído que la hace ser muy buena. Creo que a ella también le deberían dar mas roles cómicos porque es buena.
Celine, los actores y actrices se han visto afectados por el estallido social y la pandemia. ¿Consideras que la cultura debiese estar protegida?
Yo encuentro que la República no tiene valores. Aquí el valor no es la vida, es el producto. Estamos siendo gobernados por ingenieros comerciales, entonces el discurso es muy bajo. Se parte de unas reflexiones básicas, por eso yo no veo matinales ni nada porque encuentro que es mucha la falta de respeto para con la gente. Siento que estamos en un país al que se le fue el espíritu. El espíritu está en el pueblo, pero los gobernantes no lo tienen. La cultura es el único bien que prevalece. Es lo más importante. Obvio que todos los bienes básicos, las industrias y la producción son muy importantes. Pero la cultura es considerada como un bien innecesario y es lo más necesario que hay. La cultura te da libertad, te acompaña. El arte es lo más importante para mí. Entonces, a mi modo de ver, los artistas deberían estar mucho mas protegidos de lo que están. Finalmente, la cultura es lo que prevalece en un pueblo y un pueblo sin cultura es un pueblo sin alma.