Cecilia Bolocco recibió en su casa al equipo «De tú a tú», liderado por Martín Cárcamo, donde dio detalles del cáncer que sufrió su hijo Máximo y de la relación de él con su padre, el ex presidente argentino Máximo Menem.
Junto a la conductor, la ex Miss Universo reflexionó sobre los cambios de su vida en los últimos años, «la Cecilia que tú conociste hace 5 o 6 años atrás, cuando hicimos Vértigo, esa murió. Nace una nueva porque nos tocó vivir un proceso junto a mi niño tan potente, tan devastador, tan aniquilante, que esa Cecilia murió. Y gracias a Dios resucité con una mirada tan distinta, con una apreciación por la vida, por cada instante que es sagrado, por agradecer cada bendición que uno tiene. Con lo de Máximo se produjo un quiebre contundente, y no solo agradezco y doy gracias Dios todos los días, sino que además disfruto y aprendí a disfrutar en el momento más doloroso de mi vida”.
Sobre el duro proceso que vivió con su hijo Máximo, Bolocco agregó que «mi hijo volvió a ser mi bebé. A los 14 o 15 años, en plena quimioterapia, había perdido 7 kilos después de la primera, en tres días bajó así abruptamente, perdió todo su pelo, estaba en los huesitos, era mi bebé. Yo lo levantaba, lo volví a tener en mis brazos, volvió a ser mi bebé y fue un reencuentro muy bonito”.
En relación a cómo se dio cuenta que algo le pasaba a su hijo, la presentadora de televisión cuenta que su hijo le venía diciendo hace un tiempo en las mañanas que le dolía mucho su cabeza. Ella pensaba que lo decía porque no quería ir al colegio ya que había sido un año emocionalmente difícil para él (depresión) y que además, al volver del colegio, volvía perfecto sin quejarse.
Además, relato que el día que se enteró estaba en una sesión de fotos, que luego de que Máximo vomitara por dolores de cabeza, lo mandó a la clínica con el chofer para que lo examinaran. Cuando estaba cambiándose para la segunda tenida llegó corriendo la periodista del equipo para decirle que la estaban llamando de urgencia. Era el neurólogo para decirle que el scanner de Máximo no había salido bien, para decirle, “tiene un tumor cerebral”.
Cuando Cecilia llegó a la clínica estaban trasladando a su hijo a la UTI, “yo vi a Máximo muy asustado y eso inmediatamente me hizo tomar una postura de ‘aquí no pasa nada y lo que esté sucediendo lo vamos a resolver’. Finalmente llegó el día de la operación y esas ocho horas, desde que lo dejé en el pabellón, yo te diría que han sido las ocho horas más largas de mi vida. Solo recuerdo que recé ocho horas de rodillas y pedí que lo acompañaran, que lo cuidaran, que se hiciera todo con una mano divina y gracias a Dios todo salió bien”.
Tras la exitosa operación, Cecilia sabía que había algo más. Una semana después el doctor habló con ella para informarle que el tumor era cancerígeno, “yo no sabía que yo tenía tanta fuerza, la verdad, tengo que admitir. Porque hice las preguntas más duras. La verdad es que hice todas las preguntas (…) Cada respuesta era más dramática que la otra. Cada respuesta era peor que la otra y cuando terminé de hacer las preguntas dije, ‘me dan un segundo por favor’, es como que exploté en llanto».
Cuando se fueron para la casa, recordó que mientras Máximo se puso a ver televisión, ella salió, “y recuerdo de haber empezado a llorar como no lo había hecho nunca en mi vida. Una oscuridad tan profunda era la que me empezó a invadir. Puro miedo, pura angustia y recordé lo que me decía la doctora: ‘dos años, le quedan dos años’”. Reflexionó para no desperdiciar ningún otro segundo con su hijo y no recuerda haber llorado de nuevo.
Le dijeron que Máximo, después de un año o un año y medio de tratamiento iba a tener graves secuelas: problemas cognitivos, problemas motrices, que perdiera parte de la visión, la audición, problemas de crecimiento y problemas cardíacos, hepáticos y renales. “Máximo fue tratado con esta máquina de protones y no tiene ninguna sola secuela”, explica la hermana de Diana sobre el tratamiento tecnológico que utilizaron en su hijo para luchar contra el cáncer.
“Esa noche en la playa cuando lloré, lloré y lloré, sentí que me fui… yo creo que esa noche, esa Cecilia que habitaba en mí, que tú conociste, desapareció. Y fue naciendo y ha ido creciendo esta nueva Cecilia que me ha enseñado a ser feliz. (…) Fue un proceso muy lindo. Yo agradezco a Dios que esa Cecilia murió esa noche y pudo reconocer el valor de cada instante, presente y supe gozarlo. Porque la tentación de dejarse llevar por ese dolor y por esa angustia te puede robar lo más valioso que tú tienes, que es el goce de quien tu amas”, confesó la comunicadora, quien dirige la Fundación “CARE” (Cáncer, Acceso, Red, Esperanza).
La directora de la Fundación Nuestro Hijos, que trata a niños con cáncer, comenta: “el Ministerio de Salud me ha apoyado desde el día uno, y estamos ya trabajando con el código Fonasa para que todos los niños que requieran de esta tecnología (de protones) en nuestro país, cuando tengamos el centro de operaciones, lo hagan gratis”.
En cuanto a a relación de su hijo con su padre Máximo Menem, Cecilia indicó que los últimos años fueron complicados para que él se pudiera acercar con su padre, siempre hubo problemas, pero que afortunadamente Máximo pudo despedirse de Carlos cuando a éste lo internaron en la clínica. “Aunque su papá estaba en coma, se tomaron de la mano. Él me mandó la foto más linda porque yo lo esperaba en el hotel, a mí no me dejaron ir. Y me llegó al corazón porque ellos siempre se tomaban de la mano cuando estaban juntos, Carlos fue siempre muy cariñoso con Máximo. Lo que Máximo nunca entendió era que cuando nos alejábamos perdíamos contacto y era muy imposible volver a tenerla”.
Boloccó contó que Máximo estuvo dos días seguidos a solas con su padre y que en dos ocasiones le apretó la mano. Su hijo está seguro que Carlos escuchó todo lo que él le contó. “A Máximo le tocó un proceso muy complejo porque el papá, la verdad, se abandonó a la vida hace mucho tiempo y eran otros quienes le veían (las decisiones)”, dice. Y señala que su hijo pudo ver la realidad y entender el círculo cercano de Carlos Menem, quienes no le permitieron que Máximo estuviera a solas con su padre.
En cuanto a la muerte de su ex marido dijo que, “cuando supe que lo habían conectado para extenderle su vida me dio mucha pena”. Admitió que no tuvieron mayor relación en estos últimos años porque no podían acceder a él, “encontrar quienes son los culpables no me interesa, no quiero saberlo, solo sé cual fue finalmente el the outcome, la realidad, y lo que sucedió fue no poder compartir los últimos años con él como nos habría gustado. Que principalmente Máximo compartiera con él”.
“Para mí, el hecho de que partiera finalmente fue un alivio. Porque me dio mucha pena, como te digo, cuando me enteré que lo habían conectado porque era momento de partir y él estaba partiendo naturalmente. (…) Carlos era un hombre amoroso. Aunque yo tengo que decirte que él no era un hombre para formar familia, yo me equivoqué. Yo elegí mal porque me enamoré de un hombre que amaba primero la política y no es que no me hubiese amado porque yo sí sé que me amó pero no tenía las habilidades para construir una familia. Tenía habilidades para ser político y cuando y cuando su carrera política se le acabó empezó a morir. Como no tenía las herramientas para construir una familia o una relación de pareja, tampoco tenía para ser padre… cómo culparlo, no todos tienen esa habilidad”, indicó.