Fotech.cl conversó con la actriz Catalina Guerra, quien cuenta con más de 25 años de carrera en TV, y que regresa a los roles protagónicos en la nueva teleserie de Canal 13, «Amor a la Catalán», a poco de su estreno este domingo 7 de julio, después de Tele13.
Catalina, cuéntanos sobre tu personaje
En la teleserie me llamó Isabel Cruzat. Es una mujer que se enamoró muy joven, cuando estudiaba medicina, terminó casándose y postergando su carrera por sus hijos. Mantenía un matrimonio muy estable con Fernando (Cristián Campos). Hasta que la vida le cambia el día en que su marido muere, queda viuda y en su funeral, Isabel se entera que compartía a su esposo con Yanara (Tamara Acosta), con quien mantenía una relación de 30 años a sus espaldas. Ahí es cuando a Isabel se le cae el mundo.
¿Cómo ha sido reencontrarte con Pablo Ávila, a 20 años de Aquelarre, que significó su primera teleserie juntos y trabajar por primera vez con Vicente Sabatini?
Ha sido rico volver a ver a Pablo. Con Vicente no había trabajado nunca y es un hombre que tiene un oficio increíble, y una rigurosidad para trabajar que a una como actriz, le gusta mucho, que las escenas resulten, que tengan la profundidad que requieren los personajes, que te vaya guiando. A mí me ha encantado trabajar con él.
¿Qué es lo que te gusta de «Isabel Cruzat»?
Este personaje lo que tiene de interesante es que es muy distinto a lo que he hecho en televisión últimamente. Isabel es mucho más compleja en términos psicológicos, muy para adentro. Va a sufrir y se le va a caer el mundo, entrará en contradicciones. Al ser una mujer de clase alta, no está muy conectada con sus sentimientos. Ha vivido casi en una burbuja y va a tener que enfrentarse con un mundo que ella desconocía absolutamente, que es un mundo totalmente popular.
Sabemos que Isabel y Fernando tienen un hijo que es homosexual, rol que interpreta Francisco Dañobeitía, pero que no es aceptado por sus padres
Sí. Isabel es una mujer que no quiere, que no puede aceptar que al menor de sus dos hijos le gusten los hombres. No quiere ni escuchar la palabra «gay». Entonces, para más adelante se va ir desarrollando una bonita historia de cómo ella va a tener que aceptar que su hijo gay y aprender a no tenerle miedo a eso, porque ella ha crecido muy preocupada respecto a las apariencias.
¿Cómo lo estás pasando en esta teleserie? Tu segunda telenovela al hilo, tras «La Reina de Franklin»
Lo estoy pasando chancho y sí, es súper al hilo, súper continua. Tuve 6 días de vacaciones y me subí a este barco. Estamos muy entretenidos, tenemos un elenco muy divertido y, por ejemplo, las horas que pasamos esperando grabar nuestras escenas, nos matamos de la risa, nos ayudamos y apoyamos mucho en los ensayos, en pasar la letra y en tratar de hacer un trabajo óptimo para todos ustedes.
¿Qué te ha parecido reencontrarte con actores con los que no trabajabas hace mucho tiempo? Por ejemplo: Ximena Rivas con quien solo habías coincidido en «Aquelarre» (1999), Tamara Acosta con quien hicieron de primas en «Top Secret» (1994), Fernando Kliche, con quien compartiste en «Fácil de Amar» (1992).
Súper. La Tamara es una gran compañera de trabajo, una mujer muy sensible y talentosa, siempre trabajar con ella resulta un aporte. No me acordaba que había trabajado con Fernando en «Fácil de Amar». Sí actuamos juntos en un unitario en TVN, creo. En todo caso, aquí con él hemos aprendido a conocernos más, cómo trabajamos, cómo encaramos las escenas y eso también lleva un tiempo, en cuanto a compenetrarse con el modo de operar del otro. Con la Xime estuvimos en «Aquelarre», pero nuestros personajes no tuvieron casi ninguna escena juntas. Después nunca nos tocó trabajar de nuevo, así con personajes que se comunicaran entre ellos, que dialogaran. Pero aquí sí tenemos escenas juntas, estamos enfrentadas ya desde el primer capítulo.
En esta teleserie vuelves a los roles protagónicos, a 9 años de «Mujeres de Lujo» (2010), en Chilevisión. ¿Qué te ha parecido regresar a los papeles centrales después de tanto tiempo?
Hacer un protagónico, lo más importante que tiene es que es una carga de trabajo súper grande. Igual, pienso que este personaje es protagónico, pero protagónico antagónico, yo diría que totalmente. Es una mujer que tiene mucha fuerza y que va a estar todo el tiempo creando situaciones de conflicto, algo que es muy bueno, porque generalmente las protagonistas son mujeres que sufren, pero que no generan acción, si no que reciben las acciones provocadas por otros. En este caso, Isabel va a hacer todo lo posible para quedarse con la panadería y sacar a esta pinganilla de su mapa. Un protagónico te implica tiempo completo y una dedicación absoluta.
¿Por qué no hay que perderse Amor a la Catalán?
Esta es una teleserie que como buena teleserie tiene una historia de amor, pero contada en tono de comedia. Es una comedia de enredos, ojalá que la gente se pueda identificar con los personajes, porque está muy entretenida y desde el capítulo 1 dijimos: «Oye, qué cantidad de cosas están pasando. ¿Qué irá a quedar para después». Y eso es muy bueno cuando uno empieza a leer una teleserie, que en la lectura ya sea entretenida, ya es divertida, ya es vertiginosa, por la cantidad de datos que se dan. Imagínate, todos los datos que te doy, no son cosas que se van a desarrollar en el capítulo 60. Eso en el 1 y en el 2, ya está establecido el conflicto, y eso es muy bueno. Creo que tiene muy buen enganche.