Desde la llegada del grupo Secuoya a Canal 13 hace poco más de un mes, se han sucedido una serie de problemas que han convertido en un dolor de cabeza el trabajo diario al interior del ex canal católico. Básicamente, un exceso de burocracia cuyo principal afectado es el Departamento de Prensa, aunque los empleados de la firma española también han tenido que resignarse a problemas con los pagos de sus remuneraciones.
Así lo denuncia un reportaje del portal “El Dínamo” que, citando una decena de fuentes en off, señala entre otras cosas que los periodistas de la estación no pueden tomar material de trabajo (cámaras, por ejemplo) sin autorización, porque son propiedad de Secuoya. “…no puedo hacerlo (tomar las cámaras) porque todo el material técnico pertenece a Secuoya. Si necesito grabar algo rápido, tengo que pedir una solicitud y que un camarógrafo lo haga”, indica una periodista citada por el medio electrónico.
La relación entre los trabajadores del canal y los de la empresa subcontratista tampoco ha sido fluida, generando cierta resistencia por parte de los segundos a incentivar un trabajo en equipo. “Uno de los fotógrafos estaba realizando una sesión y le pidió a uno de los iluminadores contratados por Secuoya si podía mover el foco de derecha a izquierda y él le contestó que ‘no, yo creo que está bien ahí’. Es así de ridículo”, relató la misma profesional del área periodística.
Otra fuente ilustró la situación afirmando que “esto se llenó como dicen acá de ‘lomos de toro’, de burocracia. Por ejemplo, no puedo pedir un móvil para ir a una pauta, tiene que ser la gente de Secuoya. O un periodista que tiene que ir rápido a una pauta, no puede salir con camarógrafo… hay que llamar a la oficina de Secuoya donde están todos los jefes en el segundo piso del canal, ellos tienen que llamar al jefe de área y el jefe de área designar a un camarógrafo. Son cuatro pasos. Esto no tienen ni pies ni cabeza”. Además, está prohibido hablar con las personas que no correspondan, para seguir los protocolos. “Pedirle a un camarógrafo que vaya a una pauta sin antes solicitarlo a las jefaturas es el acabó de mundo”, añadió.
Igualmente complicada ha sido la gestión de solicitudes. “Si necesito una maquilladora para el sábado, de 1 a las 5 de la tarde, la idea es saber quién es para explicarle lo que se quiere hacer, pero avisan tipo doce de la noche y uno lo ve el mismo día en la mañana, lo que retrasa el trabajo”, destacó el trabajador de Canal 13 a “El Dínamo”.
Por su parte, los empleados de Secuoya que se desempeñan en la estación propiedad de Andrónico Luksic, durante los primeros días mostraron total desconocimiento del canal. Y, adicionalmente, han sufrido retrasos en los pagos de sueldos. “El Dínamo” señaló que conversó con más de cinco colaboradores de la hispana, quienes se quejaron que no han obtenido una respuesta clara frente a esta problemática.
“Hemos tenido problemas de pago. Me pagan, pero me faltan cosas, como horas extra o bonos, cosas que se estipularon en acuerdos anteriores. Mis compañeros y yo hemos planteado el problema, pero no nos han dado solución”, aseguró uno de los funcionarios afectados. “A mí me deben cierta cantidad de mi sueldo de mayo y junio”, declaró otro de los entrevistados.
“Queremos creer que es por error y no por un tema de solvencia de la empresa”, reflexionó un tercero. Sin embargo, Secuoya no ha entregado una fecha estimativa para los pagos atrasados, se indica en la nota.
La gravedad de la situación, incluso, motivó el despido de gran parte del equipo de Recursos Humanos que llegó en primera instancia con la empresa española y la contratación de nuevos profesionales.
Consecuentemente, el clima al interior del canal ubicado en Inés Matte Urrejola es de “harto nerviosismo”, como consigna “El Dínamo”. Añade que en la estación ronda el fantasma de nuevas desvinculaciones. “Se dice que va a haber una nueva ola de despidos”, cuenta una de las fuentes del medio on line.
Cabe recordar que la llegada de Secuoya al 13 significó que un grupo cercano a 300 trabajadores del canal perdieran su fuente laboral. Ello, tras la firma de un contrato de externalización de servicios de todas las áreas productivas por cinco años, prorrogable por igual período. El acuerdo incluye la gestión de todos los estudios y medios técnicos que han pasaron a ser propiedad de Secuoya, “para lo que se han invertido más de 10 millones de euros, según la misma empresa”, dice “El Dínamo”.