El denominado “Matinal de Chile” está viviendo momentos duros, rezagados en sintonía luego de casi dos décadas de liderazgo incontrarrestable, y lamentando la pérdida, por renuncia o fallecimiento, de muchos de sus personajes más emblemáticos. ¿No será la hora de reinventarse?
El equipo del “Buenos Días a Todos” todavía no puede asimilar totalmente el durísimo golpe de la tragedia de Juan Fernández, que significó la pérdida de cinco integrantes de su equipo, entre ellos el reportero estrella Roberto Bruce y el animador estrella Felipe Camiroaga. Desde entonces, muchas piezas fundamentales del matinal se han ido por diversos motivos: Patricio Frez (se retiró para hacerse pastor evangélico, volvió posteriormente desencantado con su ministerio, y ahora se va de nuevo), Ricarte Soto (muerte), Karen Doggenweiller (se fue para acompañar a su esposo en la última campaña presidencial, para volver luego de las elecciones), Mauricio Correa (renuncia) y hace poco Juan Carlos “Tata” Díaz (muerte). Muchas pérdidas estratégicas que han coincidido con una época complicada, en medio de la crisis general de sintonía del canal estatal, donde a la fecha no son capaces de encontrar la forma de recuperar los ratings de antaño. De ser el líder indiscutido e incontestable, ha pasado a obtener ratings secundarios frente al éxito imparable de la tropa de renegados de “Mucho Gusto”. El tremendo cambio de escenario que se vive actualmente en la TV abierta pilló al “Buenos Días a Todos” como boxeador trastabillando después de recibir un golpe certero.
A tanto ha llegado esto, que el mismísimo Mauricio Correa llegó a plantear que fue un error haber continuado con el programa después de lo de Juan Fernández. Julián Elfenbein tuvo que tomar de un día para otro el “fierro caliente” de conducir un programa que, hasta ese momento, era un traje a la medida de Felipe Camiroaga. Resulta difícil trabajar con el fantasma del “Halcón de Chicureo” (transformado en una verdadera leyenda de la cultura pop) respirándote en la nuca. Nunca entendí cuál fue la idea de traer como coanimador a Jordi Castell, personaje conflictivo y con imagen fuertemente asociada a la farándula dura. Por otra parte, prescindieron de gente que ahora brilla en otros canales, como Carola de Moras (animadora del Festival de Viña) y Katherine Salosny (conductora de “Mucho Gusto”); y perdieron a otros como Fernando Solabarrieta, Scarleth Cárdenas, José Antonio Neme e Ignacio Franzani que podrían perfectamente haber refrescado el matinal.
“Buenos Días a Todos” es uno de los programas más importantes de la historia de la TV chilena, pues transformó la mañana en un horario televisivo atractivo. Hasta antes del “matinal de Chile”, en ese horario se veía la carta de ajuste o rotativas de dibujos animados, y lo único que existía era el recordado “Teleonce al despertar” de Jorge Rencoret, Pepe Guixé, Patricio Villanueva y otros. Además, impuso el “know-how” acerca de cómo se hacen los matinales. Cuál más, cual menos, todos los demás matinales se han “inspirado” en el de TVN, llegando incluso a contratar gente formada en el mismo “matinal de Chile” para armarlos.
Luego del anuncio del fin de “Sábado Gigante”, ya queda claro que ningún programa dura para siempre, y cabe preguntarse si llegó la hora de que el “Buenos Días a Todos” tenga un merecido “funeral vikingo”, y sea reemplazado por una apuesta matinal distinta, que recoja lo mejor de la herencia, pero adaptada al escenario actual