La guionista que trabajó con Abreu en diversas producciones como «Preciosas» y «Soltera Otra Vez, y que lo acusó de acoso sexual en la revista «Sábado», se refirió a la misiva que envió a «Primer Plano» donde aseguraba su inocencia y reconoció que se reunía con actores y actrices en su departamento pero que debido a que los «los tiempos han cambiado y hoy se ve incorrecto».
«Herval Abreu envió una carta pidiendo perdón, pero pide perdón por una falacia. Sus ‘talleres’ no pueden ser considerados ‘una ayuda’, ‘un apoyo a las actrices’, es todo lo contrario. Son situaciones creadas por él mismo para si propio beneficio, no pecó de generoso. Pecó de aprovechador», comienza expresando Bárbara Zemelman.
Después agrega que «Llevar a jóvenes sin experiencia actoral y con reales deseos de cumplir sus sueños a su lugar de confort, crear un ambiente ambiguo y elegir escenas de alto contenido erótico donde el objeto de deseo era él, no representa de ninguna manera un aporte académico o laboral para nadie».
A lo anterior, afirma rotundamente que «Creo que es importante ponerle el nombre que tienen a las cosas, eso no era altruismo, era abuso de poder. Esto no tiene que ver con el cambio de los tiempos, tiene que ver con la capacidad de diferenciar lo que está bien, de lo que está mal».
Por otro lado, hace referencia a las víctimas de Karadima y a la toma de universidades por acosos sexuales: «En la misma semana, nos hemos visto enfrentados a tres situaciones que están unidas entre sí: la reunión del Papa con los denunciantes del caso Karadima, las tomas en varias universidades por casos de acoso sexual que no han sido resueltos y el reportaje de la revista Sábado en donde quedan expuestas las malas prácticas del director de teleseries, Herval Abreu».
«Todas estas situaciones se tratan de lo mismo: Abuso de poder. Son personas que utilizaron su lugar de privilegio para sacar provecho personal, provecho sexual», manifesto.
«En el caso Karadima, los denunciantes fueron puestos en duda durante años. Hoy, la más alta autoridad de la iglesia les pide perdón. Sin embargo, el abusador sigue negando todo. Las tomas en las universidad no pueden ser más sensatas, lo que piden es que existan protocolos claros y protección real a las víctimas de abuso. Eso es justamente lo que se necesita, no solo en las universidades, sino en todos los lugares en donde esta situación se pueda dar», sentenció.
Lo que está mal, está mal. pic.twitter.com/ARIr1bmxGP
— Barb Zemelman 🌳 (@sabalareina) May 5, 2018