Aunque no ha pasado tanto tiempo desde la última vez que Roger Waters se presentó en Chile (el 14 de noviembre de 2018 en el Estadio Nacional), para los fanáticos será una gran novedad saber que el cantante anunció que a mediados de este año volverá a los escenarios gracias a una nueva gira que bautizó “This Is Not A Drill”, o bien, «Esto no es un simulacro», en castellano.
Eso sí, se trata de un tour reservado sólo para público estadounidense, que se extenderá desde el 8 de julio en Pittsburgh y hasta el 3 de octubre en Texas, debido a que, al parecer, tras la decisión de volver a tocar en vivo podría haber un componente político: la intención de utilizar los escenarios para difundir un mensaje contrario al Presidente estadounidense Donald Trump, de quien Waters es un ferviente detractor. De hecho, la gira terminará exactamente un mes antes de las elecciones presidenciales en EE.UU.
“A medida que el reloj avanza cada vez más rápido y más rápido hasta la extinción, parecía una buena cosa hacer un gran escándalo al respecto. Por eso me voy de gira”, reflexionó Waters en un video de presentación de “This Is Not A Drill”.
Hace un tiempo el bajista ya señaló a la revista Rolling Stone que planeaba hacer de 30 o 40 conciertos en América del Norte durante el año electoral, reconociendo que serían presentaciones más políticas de lo que fue su anterior tour (el que lo trajo a Chile), “Us+Them: político y humano”, en el que repasó los grandes hitos de Pink Floyd.
Por lo mismo, las noticias no son tan buenas para los seguidores chilenos del músico británico, porque Waters aclaró que no tiene intenciones de realizar una agotadora gira global. “No puedo dar la vuelta al mundo, y tampoco quiero hacerlo”, dijo, para desazón de su fanaticada local.