El atentado ocurrido durante un concierto de Ariana Grande en Manchester, Inglaterra, el 22 de mayo de 2017, el que dejó 22 fallecidos además de profundas secuelas en la cantante: la artista estadounidense padeció estrés postraumático, un trastorno que incluso provocó huellas en su cerebro.
Ella misma lo compartió a través de sus redes sociales, mostrando imágenes de escáners tomados a su cerebro en fechas posteriores al ataque, donde es posible observar gran cantidad de manchas. «Divertido y aterrador», escribió en una de las fotografías subidas a su cuenta de Instagram Stories.
También compartió la imagen de un cerebro sano, sin manchas, para mostrar la diferencia existente con los que, como el suyo, sí están dañados. «No es una broma», dijo Grande de manera elocuente.
La cantante de 25 años aclaró que no buscaba asustar a nadie con las imágenes. «Me encanta la ciencia y ver la realidad física de lo que pasa ahí fue increíble para mí», explicó a sus seguidores. Agregó que si bien su cerebro hoy «se parece a un mapa mundi», está esforzándose por superar el estrés postraumático que le supuso vivir el atentado.
On a recent Instagram Stories update, Ariana Grande showed the results of her PTSD (a mental disorder that develops after a person is exposed to a traumatic event) affected brain compared to a healthy one. pic.twitter.com/6EVmybMP6l
— Ariana Grande Access (@arianaaccesscom) 11 de abril de 2019
After all the controversy around the PSTD topic, Ariana Grande revealed what made her share her brain scans publicity on her Instagram Stories: “I found it informative and interesting and wanted to encourage y’all to make sure you check on your brains / listen to your bodies”. pic.twitter.com/wlrt4AJqhf
— Ariana Grande Access (@arianaaccesscom) 12 de abril de 2019