Era esperado, pero no por eso menos triste. Un 16 de Agosto, el mismo día del nacimiento de la Reina del Pop Madonna y de la muerte del Rey del Rock Elvis Presley, se marca otro hito dentro de la “realeza” de la música: nos dejó Aretha Franklin, la Reina del Soul, la considerada por muchos mejor voz pop femenina de todos los tiempos.
No resulta extraño el impacto mundial que causó su deceso, y es que Aretha trascendió por largo lo meramente musical. Aparte de su brillante carrera artística, la hija del predicador de Memphis se transformó, quizás sin buscarlo, en un referente ineludible en dos luchas sociales importantes a finales de los años 60 del siglo XX: la igualdad de géneros y la igualdad de razas. Aretha y Oprah Winfrey son ejemplos de “self-made women”, mujeres que le ganaron a la vida, que vencieron los prejuicios relacionados con su condición de “mujeres de raza negra”, y se transformaron en referentes y encarnaciones del “sueño americano”. Tiene a su vez al menos tres himnos relacionados con esos temas: “Respect”, canción compuesta originalmente por Ottis Redding, que hizo suya y bien puede ser considerado el primer himno feminista; “Think”, compuesto por ella misma, e inmortalizada en su participación en ese verdadero “Dream Team” de la música negra que fue la película “The Blues Brothers” (“Los Hermanos Caradura”), y “(You Make me feel) A Natural Woman”, compuesta para ella por Gerry Goffin y Carole King, y con la cual dejó llorando a Barack Obama y a la propia Carole King en su actuación durante el Kennedy Center Honors del 2015.
Aretha, con más de 70 años, le daba cancha, tiro y lado a todas las cantantes actuales (que por lo demás la idolatran), sin necesidad de autotune ni recursos baratos. Era de esas cantantes que era capaz de tocar las fibras íntimas de cualquiera con su voz. Fue tan crack, que para la ceremonia de los premios Grammys de 1998 se dio el lujo de reemplazar a Luciano Pavarotti, que a última hora se bajó del evento por razones de salud, y se atrevió a interpretar la conocida aria de ópera “Nessum Dorma” de Turandot acompañada de una orquesta sinfónica, logrando un desempeño notable.
A partir de ahora, el coro de ángeles en el firmamento recibió un refuerzo de lujo. La música celestial va a sonar mejor que nunca. Thanks for all, Aretha. Rest in Peace.