La quinta noche de festival, al ritmo de cumbias y bachatas, estuvo cargada a la música popular. Acá un análisis de la jornada.
Animadores: Carola de Moras de amarillo y con un escote de miedo. Sigue el jugueteo entre ella y el Rafa, que están cada vez más cómodos como anfitriones del monstruo. Manejaron como pudieron el despertar el monstruo que pedía más de Romeo Santos.
Rating: El fenómeno Romeo Santos logró que el festival derrotara claramente a Fatmagul, superando los 30 puntos de rating por primera vez para un artista que abre la jornada.
Romeo Santos: Comenzó con su “humildad” habitual. En mi vida he visto cantante más engrupido que Romeo “Potoco” Santos, una puesta en escena tan grandilocuente como la del ex líder de Aventura. Tiene presencia, carisma, una tremenda facha, una banda sólida que lo apoya, su característica voz de eterno falsete y su repertorio de bachatas musicalmente casi calcadas entre ellas y con letras calentonas. Incluso el bueno de Romeo incursionó en el reggaetón con la calentona “Noche de Sexo”, original de Wisin & Yandel. Causa risa que, al igual que Don Omar, se ponga a “pastorear”, a hablar acerca de Dios, del amor y a dar consejos a los hombres acerca de cómo tratar a las mujeres después de cantar canciones cuyas letras hacen parecer a “50 sombras de Grey” escrita por Hans Christian Andersen o Marcela Paz, y con gestos descaradamente obscenos en el escenario, como los movimientos pélvicos que hizo al menos dos veces con el pedestal del micrófono. ¡¡Y pensar que hace 24 horas estábamos escandalizados con la “mirada del cocodrilo” de León Murillo!! Durante un intermedio, sus coristas se sumaron a la larga lista de covers al cantar el clásico de Pimpinela “Vete y pega la vuelta”. Al menos este año no le dio por regalar dólares como el 2013, pero en vez de eso se dio el lujo de llevar a su cama a Isidora Urrejola durante la interpretación de «Propuesta Indecente», donde la actriz de Chilevisión se dio el gustazo de su vida. Romeo es un indiscutible fenómeno de masas. Como nadie, tuvo al monstruo a sus pies, y a las mujeres comiendo de su mano. Las dos gaviotas fueron un mero trámite. Le reconozco sus méritos, pero en cuanto a bachata me quedo mil veces con el arte sublime de Juan Luis Guerra.
Competencias: En medio de las pifias de un monstruo con síndrome de abstinencia después del show del “Potoco”, los competidores se jugaron su opción por el primer lugar. Ganaron los que tenían que ganar. Italia en la internacional, con la canción de Franco Simone, y Chile en el folklore, con el tema de Elizabeth Morris.
Noche de Brujas: Salieron en un horario decente. Simbólico que la banda encabezada por Kanela debutara en la Quinta Vergara exactamente 5 años después de que el terremoto los pillara en un recital en el sur. Son los terceros exponentes, después de “La Noche” y Américo, en subir al escenario de lo que podríamos llamar “cumbia con valor agregado”, ese estilo donde a la cumbia y al sound se les “sube el pelo” en lo musical, con arreglos más sofisticados, cantantes carismáticos y de gran voz e influencias de otros estilos como pop, rock y heavy metal; y en presencia, con artistas bien presentados y que no parecen integrantes de “barra brava”. Además de sus caballitos de batalla “Óyeme” y “Me gusta todo de ti”, se dieron maña de hacer un cover del tema “Bailando” de Enrique Iglesias, que no tiene nada que envidiarle al original, en especial considerando que Kanela le pega cien mil patadas como cantante al hijo de Julio Iglesias. Hicieron bailar al monstruo, sacaron su doble gaviota y tuvieron la noche consagratoria que se merecían.