La cuarta noche del evento viñamarino, para mí, ha sido hasta ahora la mejor jornada de esta edición del festival y acá les dejo el porqué.
Obertura: Sobrio y emotivo homenaje al fallecido Gustavo Cerati, con Pedro Aznar cantando a dúo virtual con el líder de Soda Stereo “Zona de Promesas”, al más puro estilo de “Unfogettable” de Natalie Cole con Nat King Cole. El final con los globos elevándose al cielo desde arriba, aunque no puede ser más cliché, fue sumamente emotivo. El periodista de Canal 13 Alfonso Concha, sugirió en su cuenta en Twitter @alfonsoconcha que las oberturas se transformaran en una suerte de “In memorian” de grandes músicos y personajes de la historia festivalera fallecidos. Me parece una muy buena idea.
Rating: Nuevamente Fatmagul le da pelea al Festival, ganando este último por nariz. El humor marca el peak de sintonía. Luego, el rating cayó con Pedro Aznar, que es más bien un artista de nicho.
Animadores: Rafael Araneda y Carola de Moras ya son los dueños de casa. Rafa riéndose como la imitación que le hace Kramer y tomando a la broma lo de la “estrategia” para verse más alto que trascendió durante la tarde. Carola de Moras se ve estupenda hasta vestida con una bolsa de basura.
Vicentico: Los pseudo críticos de moda deben estar con arcadas. La pinta desaliñada, como recién llegando de un carrete, es parte de la identidad del líder de los Fabulosos Cadillacs. Vicentico hizo gala de la onda romántica, intimista y al borde de la cebolla picada que predomina en su carrera solista, a diferencia del perfil más pachanguero y de “barra brava” de los Cadillacs. En el festival de los covers. Vicentico aportó con “No te apartes de mí” de Roberto Carlos, en dúo virtual con su esposa Valeria Bertucelli; “Algo Contigo”, de Chico Novarro y “Paisaje”, ese clasicazo de Franco Simone. En un momento dado, enfundado con su guitarra, cantó como si estuviera en una fogata. Su estilo algo parco pero simpático, conquistó al monstruo. Incluyó algunos temas de los Cadillacs, como “Basta” y “Vasos vacíos”. Después de un breve silencio, la entrañable “Los Caminos de la Vida”, deliciosamente alargada, antecedió la entrega de la Gaviota de Oro, que hizo dupla con la de plata obtenida antes.
León Murillo: Solamente a Coco Legrand lo han escuchado con tanto silencio y atención en el festival. Tipo calmado, sin atisbos aparentes de nerviosismo, con una excelente dicción y un oficio notable. Una rutina a la vena, con elementos recordados por los seguidores de los viernes sin censura de “Mentiras Verdaderas”, más alusiones a la contingencia. Tiene la irreverencia de Edo Caroe, pero es más pausado y con menos vértigo. No sacó risas histéricas, pero fue seguido con respeto. A ratos parecía más una entretenida charla TED que una rutina humorística. Parece que el verdadero stand-up en Chile no se hacía en el Club de la Comedia, sino que en el Cachafaz. Sacó su doble gaviota más que merecida. Su rutina terminó con la censura televisiva de “la mirada del cocodrilo”, mostrada anteriormente en Mentiras Verdaderas. Extraño que el canal que emitió películas porno de medio pelo a mediados de los 90, e “Infieles” durante muchos años, ahora se haya puesto tan mojigato con un show cerca de la una de la madrugada.
Pedro Aznar: Se paró en la Quinta Vergara igual como lo hizo las dos veces que lo vi en el Aula Magna de la USM, con una puesta en escena sobria, solamente ataviada por su música. Una banda reducida pero virtuosa, y un cantautor que se impone por presencia artística., sin necesidad de ninguna estridencia. Incluyó su cover en español de «Sorry Seems To be The Hardest Word», uno de los clásicos que nos debiendo Elton John el 2013. Me faltó su excelente versión de “Angie” de los Rolling Stones. Después del break y la gaviota de plata, un cover de “Deja la vida volar”, de Víctor Jara, después de lo cual sacó su Gaviota de Oro. Aznar es de esos artistas de nicho que no atrae masas ni rating, pero que son necesarios para darle nivel al evento.
Competencias: Clasificaron los que tenían que clasificar. En la internacional: el tema de Franco Simone representando a Italia; la bachata que representó a Colombia; y la canción onda Katy Perry de Canadá. En el folklore: la sólida Elizabeth Morris representando a Chile; Colombia y Perú. Se confirma la decepción de Bobby Kimball. Llegó con el cartel de gran favorito a la competencia internacional, y terminó último.
Cultura Profética: Al igual que Emmanuel, salieron sumamente tarde y taparon bocas a destajo con su show. Muchos pensaron que eran los “Yandar y Yostin” de este año, y que su show iba a girar en torno de su éxito reciente “Saca, Prende y Sorprende”. La banda de reggae portorriqueña recién explotó ahora para el gran público, pero llevaba mucho tiempo en las pistas y tenía bien ganado un nombre entre los conocedores de la música de Bob Marley. Los primeros músicos debutantes absolutos del festival hicieron una presentación sólida, donde mostraron un repertorio amplio y muchos recursos musicales. Sacaron su Doble Gaviota, lograron imponer su mensaje pro-marihuana y reafirmaron que el Monstruo goza con los aires (o humos) musicales jamaicanos, tal como sucedió anteriormente con Inner Circle, Big Mountain y Gondwana.