La tercera noche de festival estuvo marcada por los clásicos pop interpretados por artistas vigentes.
Animadores: Tal como el año pasado, le celebraron el cumple a Carola de Moras. Sigue la química con el Rafa, lo que refleja una dupla en progresiva consolidación. Genial la salida de libreto de Rafael Araneda para hacer subir al escenario a Sergio Lagos y su hijo en la entrega de premios a su esposa Nicole.
Rating: Fatmagul dándole la pelea al “Potrillo” durante un buen rato, pero al final se impuso la tradición. Como ha sido usual, el humor hizo reventar el People Meter.
Alejandro Fernández: Partió en onda crooner, a lo Michael Bublé, cantando el clásico de Roberto Carlos “Cóncavo y Convexo”. Después empezó con sus clásicas baladas. Fernández, con pinta de cantante de tango venido a menos, más rellenito y con dificultades con la voz seguramente a causa de problemas técnicos que lo tuvieron cantando media hora sin apoyos. Después salió con otro clásico de Roberto Carlos “Cuando me quieres tener” en clave sonera. Es un baladista a la antigua usanza, algo lenteja para los tiempos que corren, tanto que lo más atractivo del inicio de su show fue el trío de bellas coristas con minifalda, en especial la morenaza de blanco. Después cantó más covers: “Hoy Tengo ganas de ti”, de Miguel Gallardo; “Te Amaré” de Miguel Bosé. Sus canciones más conocidas como “Me dediqué a perderte” y “Si tus supieras” aparecieron en el segmento acústico. La banda de acompañamiento, simplemente notable, precisa, virtuosa y con destellos de clase. Pasadas las 11 de la noche salieron los consabidos mariachis, con las corista haciendo una precaria coreografía de baile mientras el “Potro” se ponía su traje de charro con pistolón y todo. Sacó Doble Gaviota y la ovación de sus incondicionales.
Huaso Filomeno: Al igual que Centella, el crédito de Victoria logró su consagración en la Quinta, y se transformó en el primer exponente del humor campesino en triunfar a lo grande en el Festival. Habían pasado otros antes, pero pasaron sin pena ni gloria (Clavel y El Monteaguelino) o se los devoraron (Carmelo). Más que la rutina en sí, que en general me pareció ágil, entretenida y adecuada, la gracia de Filomeno está en lo entrañable que es como personaje, comparable a la abuelita de Masterchef. Filomeno se salió del molde del humor campesino que no pasa de historias de campo, e incorporó cosas novedosas como su referencia a los ipads, tablets y redes sociales. Se ganó la doble gaviota, y logró peak de rating de la jornada. En Victoria deben estar orgullosos, y no es para menos.
Nicole: Me dio gusto y hasta emoción que triunfara y se sacara los balazos de su funesta presentación de mediados de los 90. De partida, Nicole es la “reina sin corona” de este festival. Está como quiere, extremadamente bella. A pesar de tener menos de cuarenta años, hizo gala de una batería de auténticos clásicos pop de la música chilena: “Esperando Nada”, “Despiértame”, “Dame Luz”, “Sin Gamulán”, etc, de los cuales sin darnos cuenta muchos nos sabíamos las letras. Su puesta en escena fue el de toda una “Diosa Rockera”, con una banda potente y virtuosa, una actitud desenfadada y una voz que, sin tener la potencia de una Tina Turner, no desentona para el género. Hasta la ingenua “Tal vez me estoy enamorando” sonó con “power”. La entrega de las gaviotas, con la subida al escenario de su hijo León y su esposo, el ex animador de Viña Sergio Lagos, fue un momentazo de aquellos que solamente este festival puede dar. Nicole está en una posición expectante en lo personal y artístico, pues tiene un pasado del cual enorgullecerse y echar mano, y a la vez aún es joven, por lo que, Dios mediante, tiene un amplio margen para crecer.
Competencias: En lo internacional, Bobby Kimball se transformó en la gran chiflota de este Festival. Su cartel de vocalista de Toto no sirve cuando la canción es mala y la interpretación peor, lo que reflejó en el 3.1 que le dio el jurado. De las tres, la única que tiene opciones de llegar a la final es la italiana de Franco Simone. En el folklore, Colombia y Perú están prestos a dar la pelea.
Emmanuel: No lo vi, por razones obvias. Voy a tener que verlo vía internet para poder analizarlo como se merece, pero por lo que pude averiguar vía redes sociales, fue un gran espectáculo, quizás el mejor del evento, donde el mexicano le dio un feroz tapadón de boca a los que lo daban como un artista del recuerdo, con un show poderoso donde hizo gala de todo su oficio y categoría. Por las fotos, Emmanuel luce un estado físico envidiable para su edad, y sus tradicionales pasos de baile estilo “kung-fu” siguen tan enérgicos como siempre. Se ganó el doble pájaro con toda tranquilidad. El cuestionamiento a la comisión organizadora resulta evidente: por calidad y trayectoria, Emmanuel no se merecía salir poco antes de las 3 AM. Derechamente debió abrir la primera jornada en vez de Luis Fonsi.