Tras el exitoso recibimiento de la película «El Conjuro» (2013), los estudios decidieron realizar un spin-off de la película a modo de precuela. En ella decidieron contar la historia de Annabelle, la muñeca poseída que aparece al comienzo de la cinta.
Este jueves se estrenó en nuestro país «Annabelle» y según los datos de Warner Bros, el total de espectadores que asistieron en su primer día a ver la cinta fue de 23.497 personas, muy por encima de los 8.897 que eligieron la cinta chilena «Fuerzas Especiales».
Con estas cifras, «Annabelle» se convierte en la cinta de terror con mejor debut en nuestro país, quitándole el récord a «El Rito» (2011), que obtuvo en su momento 11.568 espectadores.
La cinta cuenta la historia de un matrimonio joven que son víctimas del ataque de un culto satánico. La pareja sobrevive, pero sus atacantes invocan a una entidad que queda arraigada a la muñeca y que se encargará de complicar sus vidas.
«Annabelle» no logra llegar al nivel de su predecesora. El mayor problema de la película, es el aprovecharse del fenómeno «El Conjuro», por lo que el espectador espera ver una historia a ese nivel. Tanto el guión como la «atmósfera» que crea la cinta, no alcanzan el cometido principal de este género: asustar al espectador. La cinta explica vagamente la mitología que presenta y que finalmente es la base para entender los acontecimientos que ocurren alrededor de la muñeca
Pero no todo es malo, los primeros quince minutos, que vienen a explicar un poco la historia, son los momentos de mayor tensión y que, anecdóticamente, no están relacionados con la muñeca. A su vez, se destaca la participación de Alfre Woodard (12 Años de Esclavitud), quien con un papel pequeño en la película logra sobresalir de entre sus compañeros. Sin embargo, esto no es suficiente para mantener a flote el producto; el desarrollo y desenlace de la cinta son tan obvios y simples que lo dejan a uno con gusto a poco.
En síntesis, se podría decir que la película no es completamente desechable. Si bien faltó un giro más impactante en su argumento y un clímax potente, la cinta es simple y efectiva, logrando a ratos algunos momentos de suspenso y tensión.