Alfombra Roja Prime: un estelar en busca de su identidad

Nació como estelar farandulero, y ahora es la versión ultra-concentrada de “Mentiras Verdaderas”. El programa de Eduardo Fuentes tiene muchos elementos rescatables, pero le falta definirse.

“Alfombra Roja Prime” fue inicialmente concebido como un estelar de farándula cuya evidente misión era competirle a “Primer Plano”. Para ello, las grúas se apresuraron en traer desde La Red a Eduardo Fuentes, quien volvió como todo un crack al mismo canal que lo echó de manera inexplicable hace dos años. Le pusieron un panel compuesto por los periodistas Lucía López, Paulina Rojas y René Naranjo, el actor Ramón Llao y el abogado Carlos Durán. Al poco andar, se les hizo cuesta arriba la disputa con el tradicional rival de Chilevisión, pues intentaron abordar las temáticas de farándula desde un punto de vista más sobrio y “periodístico”. Esa idea no era mala en principio… salvo que no tenía nada que hacer en términos de rating frente a un contendor que sacó toda la “artillería pesada” y no dudó en usar todos los recursos a mano, incluyendo algunos efectistas y sensacionalistas como el uso de un detector de mentiras. Al poco andar, se decidió cambiar de día, del viernes al sábado.

El cambio de día no ha sido el único. También han cambiado los panelistas. Durán duró menos que un candy, y fue rápidamente reemplazado por la doctora María Luisa Cordero. Hace tres semanas, la doctora Cordero, Lucía y Paulina fueron reemplazadas por la actriz e “ícono MILF” Ana María Gazmuri, quien se cambió de canal luego de muchos años en “Teatro en Chilevisión” haciendo el papel de la esposa “gorreada” por Pato Torres con una minita que podría ser su hija.

“Alfombra Roja Prime” se ha ido alejando de los contenidos faranduleros, cambiándolos por otros de actualidad. Irónicamente se ha ido transformando en un pequeño clon de “Mentiras Verdaderas”. Tiene todos los elementos que se ven durante la semana en el estelar de La Red, pero concentrados en un programa de tres horas de duración. Considerando que tenían a animador original del “Mentiras…”, parece lógico que se acomodara el programa al formato en el cual destacó en los últimos dos años. Y el cambio dio resultados, pues se nota a Fuentes mucho más cómodo.

Creo que hay dos cosas en las cuales “Alfombra Roja Prime” debe seguir trabajando: por una parte, aún no está claro cuál es el rol de los panelistas. La sensación de desperdicio y subaprovechamiento es grande, pues todos son personajes interesantes y con opinión. La doctora Cordero cabeceó más que Iván Zamorano y el rol de Lucía, Paulina y Ana María parece limitado al de recibir los descuadrados piropos de Edo Caroe. Por otra parte, tienen serios problemas con el manejo de los tiempos. Creo que lo mejor es tener un único entrevistado al que se le dé todo el tiempo necesario, que tres entrevistados con los cuales hay que “correr”. Los grandes damnificados con esto han sido el conductor, quien tiene poco espacio para hacer las memorables entrevistas que hacía en La Red; los panelistas, que no tienen tiempo para explayarse y aportar; y los comediantes Pancha Rickenberg (Renata Bravo) y Edo Caroe, que terminan saliendo a la hora del níspero y con poco tiempo para sus rutinas. Ya en dos ocasiones Edo Caroe habría sido sacado a última hora por falta de tiempo. Digo “habría”, pues curiosamente Caroe fue cortado en semanas con polémicas por rutinas humorísticas demasiado “puntudas”: la primera por el chiste antisemita de Murdock, y la segunda por la primera rutina de Yerko Puchento en “Vértigo”. ¿Falta de tiempo o medida de protección?

A pesar de las restricciones, los comediantes son por lejos lo mejor de este espacio. Panchita Rickenberg es simpática y divertida, y mobile casino le da frescura al programa en un momento en que se empieza a poner denso. Incluso fue capaz de sacarse a punta de tallas la poco diplomática columna que la Doctora Cordero le dedicó en el diario “Hoy por Hoy” una vez que dejó el espacio. Pero el que se ha llevado todos los aplausos es el maestro del humor negro Edo Caroe. Como se dieron cuenta que mucha gente ve el programa solamente para esperarlo, lo colocaron al final. Lógico como estrategia para mantener audiencia fiel, pero complicado para el humorista, quien se ha visto limitado en tiempo y no ha podido lucir su notable faceta de mago. A pesar de todo, Edo se las ha arreglado para sacar risas con rutinas llenas de sarcasmo, inteligencia y descaro, en un momento en que las epidermis están muy sensibles y los humoristas ya no pueden hacer “bullying” impunemente a los gays, gordos y otros grupos. Se ha reído en sus propias caras de la infertilidad de Eduardo Fuentes, la fealdad de Ramón Llao, la poca agilidad de René Naranjo y la lengua filuda de la Doctora Cordero, y le ha dedicado los piropos más flaites de la historia a Paulina Rojas, Lucía López y Ana María Gazmuri. Y todo eso, ante la hilaridad general del público y de los panelistas, la buena valoración de los críticos y las nulas denuncias en su contra ante el CNTV. Las carcajadas de Eduardo Fuentes en sus rutinas compiten en estruendo con las de José Miguel Viñuela. A pesar de que no ha llegado a los niveles de irreverencia que alcanzó en “Mentiras Verdaderas”, Caroe ha sido mucho más agudo e irreverente que el mismísimo Yerko Puchento, y despunta como su reemplazante natural en “Vértigo” en caso de que la renuncia del personaje de Daniel Alcaíno sea verdad y no un astuto “tongo”.

Si bien “Alfombra Roja Prime” es un programa en construcción y sigue en búsqueda de su identidad definitiva, en su actual estado está muy por sobre la media del nivel de la TV chilena, y resulta un programa agradable de ver, una buena excusa para quedarse el sábado en la noche en casa en vez de carretear.