Hace ya dos semanas que de lunes a viernes volvemos a ver a Alejandro Trejo en pantalla, esta vez como el antagonista de «El Jardín de Olivia«. En la teleserie diurna de Mega, el actor da vida al empresario Luis Emilio Walker, quien se ha destacado por la tensa relación que tiene con varios miembros de su familia y también por el abuso que comete con su secretaria.
En conversación con Fotech.cl, Alejandro Trejo adentró en el trabajo que ha realizado para «El Jardín de Olivia». Además no sólo analizó las temáticas, sino que las destacó y reveló cuáles han sido los momentos más difíciles de grabar. Pero lo más importante, es cómo ha sido para él este primer protagónico.
En redes sociales la gente ha valorado que tendrás un personaje potente en «El Jardín de Olivia» y no sólo con una participación especial, ¿qué significa para ti tener un rol tan protagónico como lo es Luis Emilio Walker?
Es primera vez que me toca un rol protagónico en una teleserie. Había tenido roles protagónicos en teatro, en cine, largometrajes, en series también. Pero en una teleserie no me había tocado y es muy interesante, porque uno se interioriza bastante de lo que es trabajar en el género de la teleserie, ya que tiene prácticamente que grabar todos los días, vincularte mucho con los productores, con el director, con todo el elenco y estar en permanente contacto con el equipo que hay detrás. Para mí es sustantivo aquello, vincularme con el equipo. Es importante para mí, era algo que me faltaba dentro del abanico de cosas que he hecho como actor. Una cosa que me faltaba era tener un rol casi protagónico en una teleserie. Es un desafío atractivo e interesante.
Considerando que es un villano, ¿qué desafíos actorales te presenta este personaje en particular?
Este personaje en particular presenta desafíos actorales fuertes. Me ha tocado interpretar a bastantes villanos en teleseries. Éste es un villano que está muy bien construido, tiene matices, no es un personaje malo de un solo color. Tiene conflictos internos bastante fuertes: es un hombre entrando en la tercera edad, está de salida en este proyecto que tiene que es su pequeño imperio que ha montado. El hombre se siente muy orgulloso de haber levantado este imperio de la nada, eso es muy interesante porque es un personaje villano que no le debe nada a nadie. No es un millonario que ha tenido que heredar de su padre, de su familia la riqueza. Esto también le da características bien especiales. Es un tipo que, de alguna forma, no tiene respeto por nada ni nadie. Bastante machista, misógino.
¿Cómo describirías la dinámica de Luis Emilio Walker con su familia en «El Jardín de Olivia»?
Su relación con su esposa es bastante compleja y con sus hijos también. Por eso hablaba de matices, tiene una manera de relacionarse con su esposa, con su hijo mayor que es su predilecto. Tiene su hija que es su niñita, su princesa, que se relaciona de una forma muy particular, muy incondicional. La otra relación compleja es la que tiene con su hijo Bastián (Alonso Quintero), que es un tiro al aire, un muchacho que está dedicado a la farra, al carrete, un caso perdido.
Considerando su trayectoria en la televisión chilena, ¿qué elementos de «El Jardín de Olivia» te parecen novedosos o interesantes?
Me parece novedoso en la construcción del guion temas que están en el tapete, en el Chile de hoy, para que el público se vaya relacionando con ellos, se va identificando. Hay una jugada arriesgada, astuta e inteligente de los guionistas.
¿Qué escenas o momentos de «El Jardín de Olivia» te han resultado más desafiantes de grabar?
Hay momentos jodidos de grabar, sobre todo las escenas con su esposa, con su hijo Bastián con quien es bastante castigador y se niega a ver que tiene problemas que arrastra de niño, está un poco dañado. Los enfrentamientos que tiene con él son muy desafiantes, totalmente contrario a como soy. Los conflictos con la esposa, que tienen una relación muy complicada, extraña, rara, turbia.
¿Qué mensaje o reflexión espera que el público se lleve de Luis Emilio Walker y de «El Jardín de Olivia» en general?
Espero que el público se entretenga. Es una teleserie entretenida, muy bien escrita, muy bien dirigida. Hicimos un gran trabajo de mesa para entender los personajes, los conflictos. Mucha discusión de mesa que tuvimos entre diciembre y enero para poder profundizar en los personajes y llegar lo más a caballo posible a la primera grabación y no parar. Al público le gusta la teleserie chilena y me doy cuenta conversando con la gente. Que también sea material de discusión en las familias.