Pedro Pascal se ha transformado en uno de los rostros más queridos del espectáculo mundial. Ya tiene logros impensados para otros actores nacionales y su carrera parece estar recién empezando. Cabe preguntarse si se le podría considerar como “el mejor actor que ha dado Chile”, y a partir de eso podemos discutir lo que realmente significa “ser el mejor en algo”.
Lo de Pedro Pascal ha sido simplemente apabullante. El actor nacido en Santiago, en una familia de opositores a Pinochet en los albores de la Dictadura que se fue al exilio poco después de su nacimiento, está encontrando el justo premio a años de carrera, con roles protagónicos en series relevantes como “Narcos”, “Game Of Thrones”, “The Mandalorian” y “The Last Of Us”.
Su reciente aparición como anfitrión en el “Saturday Night Live” (primer chileno en lograrlo); como presentador en la última entrega de los Oscar (segundo chileno en lograrlo, después de Daniela Vega), y ahora último su nominación como una de las 100 personas más influyentes del 2023 por parte de la Revista Time lo ponen en la cresta de la ola en el mundo del espectáculo, en una carrera claramente ascendente. A nivel nacional, ya logró que Stefan Kramer lo imitara.
Un auténtico galán maduro. La versión hispana de Harrison Ford. Un tipo carismático, encantador, simpático, con notable sentido del humor, que sabe gestionar su imagen de forma muy inteligente y que ha logrado mostrar vulnerabilidad, sensibilidad y sencillez sin dejar de ser varonil. Además, a pesar de haber dejado Chile apenas nacido, ha mostrado con orgullo su historia y origen chileno a todo el mundo. Coherente con la impronta izquierdista de su familia, apoyó abiertamente la campaña presidencial de Gabriel Boric, y se ha ganado el status de “ícono progre”.
Pedro Pascal es el primer chileno que ha logrado transformarse en “estrella de Hollywood” con toda propiedad. Antes de él, la más cercana a ello fue la recordada Malú Gatica, que filmó tres películas en la Meca del Cine en 1951. El ahora complicado Cristián De La Fuente no ha pasado de ser actor de reparto en películas de segundo o tercer nivel. Se pueden mencionar también los casos de Leonor Varela, Lorenza Izzo y más recientemente Fernanda Urrejola, que al menos hasta la fecha tienen carreras más bien de bajo perfil.
Respecto de Daniela Vega, protagonista de la oscarizada “Una Mujer Fantástica”, y que fue presentadora en los Oscar y salió en la lista de influyentes de “Time” antes que Pascal, nunca ha actuado en Hollywood y se le considera una actriz más bien “de nicho” y de criticadas cualidades actorales.
El fenómeno Pascal lleva a plantearse la siguiente pregunta: ¿estamos ante el mejor actor chileno de todos los tiempos? Para contestar, previamente hay que definir qué es lo que vamos a entender por “ser el mejor”.
¿Bastará con ser “exitoso en Hollywood”? Si en algún momento un basquetbolista chileno llegara a jugar en un equipo de la NBA, pocos cuestionarían su condición de ser “el mejor jugador de baloncesto chileno de todos los tiempos”. Hollywood es al cine lo que la NBA es al baloncesto. Por mucho que existan industrias cinematográficas potentes en otras partes como Europa o India, por algo a Hollywood se le conoce como “La Meca del Cine”. Es la industria de cine más poderosa e influyente en el planeta, y lo que sucede en ella es noticia mundial. Por ello, tener carrera destacada en Hollywood resulta, a lo menos, un factor de mucho peso a considerar.
Si lo medimos en función de fama, éxito, influencia y relevancia internacional, dudo que Pascal tenga competencia seria dentro de los actores nacionales que han tentado suerte allá. Fuera de Hollywood, se podría mencionar a Valentina Vargas, que ha hecho casi toda su carrera en el cine europeo, y a Patricio Contreras, que hizo destacada carrera en Argentina. A nivel teatral, surge el nombre de Raúl Montenegro, de quien se dice que fue genial como actor, pero de cuya carrera casi no quedan registros y que es más conocido en la actualidad por la postura crítica de su hija, la actriz y comediante Maitén Montenegro, acerca de su desempeño como padre.
¿Y qué pasa con legendarios actores nacionales como Héctor Noguera, Alfredo Castro, Jaime Vadell, Ana González y Silvia Piñeiro, y algunos más actuales como Luis Gnecco, Catalina Saavedra, Paulina “Paly” García, Benjamín Vicuña y Gonzalo Valenzuela? Sería interesante analizar talento y habilidad actoral, donde no es descartable que algunos de ellos tengan un par de cositas que enseñarle a Pedro Pascal.
Sin embargo, en cuanto a repercusión internacional, no hay punto de comparación posible. Castro y Gnecco son respetados y requeridos a nivel de cine latinoamericano; Vicuña y Valenzuela destacan en Argentina, aunque sin llegar a ser figuras excluyentes; a la fecha, Catalina Saavedra y Paly García tienen un único rol cinematográfico destacado (“La Nana” y “Gloria”, respectivamente). Además, todos ellos son más conocidos por su carrera en cine, TV y teatro en el medio chileno. En resumen, fueron y son amos y señores en Chile, pero con repercusión (en el mejor de los casos) limitada fuera de las fronteras nacionales.
En resumen, decir que Pedro Pascal es con mucha distancia el actor chileno más influyente y relevante de todos los tiempos no resulta para nada exagerado. Nadie ha alcanzado sus logros, y difícilmente alguien los alcanzará en el futuro. Dependiendo del criterio que se defina, en el peor de los casos tendría que estar fácilmente entre los 10 mejores actores chilenos de la historia, y muy probablemente en el podio.