La sabrosa polémica generada por el notable trailer de “El Chavo del Ocho” pone en el tapete el dilema entre la existencia de la parodia como género y el respeto de la propiedad intelectual.
Un grupo de comediantes ecuatorianos de internet denominados “enchufetv” ha logrado gran repercusión internacional gracias a “El Chico del Barril”, un trailer falso publicado en Youtube de una supuesta película basada en “El Chavo del Ocho”, donde los personajes y frases de este clásico de la TV infantil aparecen inmersos en una oscura trama, plagada de acción, violencia, armas de fuego y lujuria, con evidentes alusiones a películas como “El Código Da Vinci” y “Perros de la Calle”. Este trabajo audiovisual de nivel hollywoodense ha suscitado una ácida polémica a nivel latinoamericano, en especial en México, donde el “Chavo” y los demás personajes de la factoría de Chespirito se consideran patrimonio nacional. Los seguidores más fieles del programa repudiaron que personajes asociados al humor blanco y familiar aparecieran en una trama cargada de emociones tóxicas. Paradójicamente, los genios de “enchufetv” lograron que, por primera vez en mucho tiempo, gente como María Antonieta de las Nieves y Carlos Villagrán, que llevan años peleados y sin tragarse, estén de acuerdo en algo. Ellos dos, además de Edgar Vivar, han manifestado su descontento con la parodia, siendo la “Chilindrina” la más enfática en señalar su furia y repudio, amenazando incluso con demandar a los comediantes ecuatorianos. Por otra parte el gigante mexicano Televisa, a través de Roberto Gómez Fernández, hijo de “Chespirito” y celoso guardián de su copiosa herencia audiovisual, solicitó que Youtube sacara el video de la web para efectos de protección de propiedad intelectual, lo cual le fue concedido. Sin embargo, el exitoso trailer (más de 8 millones de visualizaciones al momento de redactar esta nota), fue repuesto horas más tarde. Gómez Fernández explicó el motivo de este cambio de opinión a través de su cuenta de Twitter: «Consideraciones sobre el video de El Chavo: la realización es estupenda y el manejo del humor negro es extraordinario. La atmósfera y el tono violento es sin duda perturbador, sin embargo, en ningún sentido parecen burlarse de los personajes o de la obra. Los de Enchufe TV son talentosos, saben lo que hacen. No creo que deba haber acción legal».
Tal como lo reconoció el hijo de Chespirito, estamos ante un trabajo audiovisual de gran calidad, sin nada que envidiar al trailer de una película verdadera “made in USA”. A pesar de que resulta evidente su carácter de joda, con un argumento que no puede ser más absurdo, el trailer está tan bien hecho que quedan ganas de ver la película completa. Aunque suene prejuicioso decirlo, cuesta creer que fue hecho en Ecuador. Los genios de “enchufetv” dieron una clase magistral de talento, creatividad y profesionalismo. Si gente como “Difamadores” o “Woki Toki”, que están varios escalones debajo en cuanto a nivel de producción, fueron capaces de transformarse en fenómenos de internet, las proyecciones de estos comediantes ecuatorianos son inimaginables.
Lo acontecido con “El Chico del Barril” reflota una polémica que, si bien no es nueva, ha tomado mayor revuelo con la masificación de internet: la parodia como género artístico versus la defensa de la propiedad intelectual. Según Wikipedia, la parodia “es una obra satírica que caracteriza o interpreta humorísticamente otra obra de arte, un autor o un tema, mediante la emulación o alusión irónica”. Es un género artístico tan antiguo como el mismo arte, y que ha dado origen a grandes obras. Sin ir más lejos, la máxima obra literaria de habla hispana, “Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes y “Los Viajes de Gulliver” de Jonathan Swift, pertenecen a ese género. Hay grandes exponentes a nivel mundial, como el colectivo de comediantes británicos “Monty Phyton”, autores de genialidades como “The Rutles”, parodia de Los Beatles y de la polémica sátira bíblica “La vida de Brian”, apoyadas y hasta financiadas por George Harrison; el estadounidense Mel Brooks, autor intelectual del “Super Agente 86”, recordada serie donde se satirizaba a James Bond, y de la película “Spaceballs”, donde se reía a destajo de “Star Wars” y que hizo retorcerse a carcajadas a George Lucas. En Chile tuvimos al Jappening con Ja en su mejor época y a Stefan Kramer en la actualidad, y en México están Cantinflas (en una de sus películas hizo pedazos a “Romeo y Julieta”) y,… ¡¡¡el propio Chespirito!!! El recurso de la parodia fue muy bien explotado por el papá del Chavo del Ocho. De hecho, el mismo nombre de Chespirito es una parodia de William Shakespeare. Entre medio de las aventuras del auténtico “Chico del Barril”, el Chapulín Colorado (parodia de los superhéroes gringos), el Doctor Chapatín y otras creaciones originales, Chespirito y sus actores se dieron maña de hacer sus propias «versiones» de clásicos de la literatura universal como “Cyrano de Bergerac”, “Otelo”, “Don Quijote”, “El Sastrecillo Valiente”, “Guillermo Tell”, “Juan Tenorio”, “Romeo y Julieta”, e incluso algunas historias del Antiguo Testamento. Si bien las parodias de Chespirito no tenían la toxicidad emocional de «El Chico del Barril», eran claramente irreverentes y transgresoras, y es muy probable que hayan sido desaprobadas por mucha gente ligada al mundo de la alta cultura. Dado esto, resulta una demostración de doble estándar que aquellos que osaron satirizar sin contemplaciones a Cervantes, Shakespeare y La Biblia, se quejen de que otros hagan el mismo ejercicio con sus propias creaciones.
Por otra parte, ¿será ésta la primera vez que se parodia al chico del barril? Claramente no. En innumerables ocasiones se han realizado sketchs del Chavo del Ocho en la TV chilena, protagonizados por figuras de la TV y farándula local, y en algunas ocasiones con la participación de alguno de los actores originales de la serie. Salvo la versión en clave revisteril de Che Copete en “Morandé con Compañía”, esos sketchs se han caracterizado por el respeto a la esencia de la serie, sin ningún atisbo de la irreverencia transgresora de los genios de “enchufetv”.
¿Es la primera vez que se hace una parodia audiovisual del “Chavo” o casino online de algún otro personaje de la factoría de Chespirito en Internet? No. Desde hace algunos años circulan memes en donde, por ejemplo, aparecen los personajes de la vecindad protagonizando la película “Matrix”, y existen dos videos en Youtube, pertenecientes al canal “PeeDeeFlo” del actor y director de origen mexicano Pedro D. Flores, con las aventuras de un supuesto “Hijo del Chapulín Colorado”, de un tono y factura muy similar al de la obra de “enchufetv”, pero que no estuvieron ni cerca de lograr el impacto mediático de “El Chico del Barril”. ¿Será porque el autor es mexicano? Tal parece que, en lo referente a expresiones artísticas, en México hacen gala de un nacionalismo exacerbado. Les cuesta aceptar que un extranjero se atreva a meterse con sus obras. Ello explica, por ejemplo, el rechazo que ha provocado en muchos sectores de ese país una prometedora película biográfica sobre Cantinflas, a estrenarse próximamente, en la que el papel del genial Mario Moreno fue asignado a un actor español.
Más allá de la calidad o pertinencia de la obra, ¿correspondía la petición inicial de Televisa de censurar el video? Como toda parodia, se tomaron ideas, personajes y frases de la obra original. Si aplicáramos los derechos de propiedad intelectual a ultranza, nadie podría hacer parodias, o para hacerlo tendrían que pedirle permiso a los dueños de los derechos, en cuyo caso las posibilidades de hacer algo irreverente o transgresor se reducen prácticamente a cero. Además, el mundo de internet y Youtube es muy difícil de controlar, aún para un monstruo mediático como Televisa. Aunque el video original de “El Chico del Barril” del canal de Youtube de “enchufetv” estuvo censurado durante algunas horas, había decenas de copias en otros sitios, por lo que hacerlo desaparecer totalmente se convertía en una tarea no menor. Y aunque pudieran lograrlo, el hecho de aparecer como “víctimas de la censura” por parte de una empresa poderosa como Televisa podría ser explotado a su favor por chicos de “enchufetv”, y transformarse en un dolor de cabeza para el gigante audiovisual mexicano. Dado esto, cabe preguntarse si el retroceso posterior de Roberto Gómez Fernández fue producto de una evaluación del video, o más bien de una evaluación de la camisa de once varas en la que se metería Televisiva de insistir con la censura. Parodias en internet de películas y series existen por miles, y no todos los dueños de los derechos parecen empeñados en impedir su existencia. Por ejemplo, se pueden encontrar en Youtube muchos videos de capítulos de «El Coyote y el Correcaminos» donde el Coyote termina capturando y sirviéndose a su veloz archienemigo, y hasta dónde se ha sabido la Warner Bros no parece preocuparse de eso.
El episodio del “Chico del Barril” es una muestra patente del gigantesco efecto de internet. La WWW se ha transformado en un valioso espacio de libertad, y cualquier intento de coartarla es repudiado por la opinión pública, como quedó de manifiesto en Chile con la abortada “Ley CTM” que pretendió imponer penas criminales a autores de memes “ofensivos” contra autoridades. Con Internet, cada usuario es un potencial generador de contenidos, con posibilidades de generar productos de buen nivel con relativamente pocos recursos. Al menos por ahora, es muy difícil controlarlo y es poco recomendable intentarlo en sociedades democráticas. Solamente regímenes dictatoriales duros pueden hacerlo impunemente. Creo que la “Chilindrina” va a botar dinero a la basura y a hacer el soberano ridículo si cumple su promesa de querellarse contra “enchufetv”. Muy a su pesar, los sobrevivientes de ese genial equipo de comediantes encabezados por Roberto Gómez Bolaños van a tener que aprender a convivir con esta realidad por los que quede de vida.
La parodia es una expresión artística legítima, y coartarla causaría un daño igual o incluso mayor que la supuesta violación de derechos de autor. Como toda gran parodia, «El Chico del Barril» tiene una gran dosis de transgresión, resulta esperable que a mucha gente no le guste, pero es parte del riesgo que hay que asumir al incursionar en este género. No somos pocos los que, habiendo disfrutado del «Chavo» original, valoramos y apreciamos el trabajo audiovisual de excelencia de «enchufetv».
Puedes ver el trailer a continuación:
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