La reconocida guionista desató una lucha que la mantuvo por cerca de dos años peleando contra un agresivo cáncer gástrico.
Bárbara Larenas era una de esas personas que conocías y, rápidamente, sin cruzar palabras, te percatabas de su conocimiento en la industria. La sorpresa era cuando uno se daba cuenta de que su sabiduría no sólo se limitaba a lo audiovisual, sino que también a la vida.
Y es que como en una historia sacada del mejor guión, todos fuimos partícipes de la última hazaña de Bárbara, una donde destacó su solidaridad con el fin de compartir lo que sería su lucha a través de una de las teleseries más transparentes y reales del último tiempo.
Todo partió a inicios del año 2018 y mientras se comenzaba a articular un nuevo equipo de guionistas en TVN para la nueva teleserie vespertina, fue cuando apareció Bárbara, quien junto a Jaime Morales, Iván Salas-Moya, Valentina Pollarolo y Francisca Andrade, empezarían a escribir lo que sería posteriormente «Amar a Morir». Rápidamente se formó un grupo amistoso y cercano, pero que no premeditaban la gran tarea que se les aproximaba. La historia que les tocaría escribir sería difícil, trataba de un hombre, padre de familia, que recibía un diagnóstico de cáncer terminal y él en su desesperación debía buscar la manera de reencontrarse con sus hijos.
Así fue como todos en equipo comenzaron a asistir a diversas reuniones en el Instituto Nacional del cáncer con el fin de comprender mejor la enfermedad que aquejaba al protagonista… lo que ninguno presagiaba era que esas reuniones pasarían al olvido, ya que como el viejo mito, la realidad siempre supera a la ficción.
Fueron muchas las reuniones donde destacaban las bromas de Jaime e Iván que terminaba, de alguna forma, rematando Bárbara con palabras como “Acoso…”, que sólo los entendidos comprenderán. Es dentro de una de esas reuniones que Bárbara comentó un pequeño problema de salud que la aquejaba, el que no le permitía comer todo lo que quería, aunque siempre fiel a su vanidad y belleza, apuntaba al lado positivo. “Aunque estoy más flaca”, pregonaba escondiendo un tímido temor. Los días pasaron y el diagnóstico llegó, un cáncer gástrico en etapa cuatro amenazaba sus planes a futuro, pero ella, nuevamente, fiel a su estilo, no se dejó vencer y publicó en sus redes su nuevo comienzo donde a través de un ensayo fotográfico mostró lo que sería su nueva gran lucha.
Bárbara tomó dos decisiones, una y la más importante fue vivir, no importaban los diagnósticos o porcentajes, la tarea era esa: Vivir. La segunda fue compartir su historia. Y es que por alguna razón el destino la tenía ahí.
Los que fuimos parte de ese proceso recordamos con profunda fascinación su solidaridad al momento de contar historias sumamente íntimas, pero que eran importantes para el guión, como el momento en que tuvo que contarles a sus hijas pequeñas la enfermedad que la aquejaba, donde sacó a relucir sus mejores dotes de guionista y creó una historia en donde el cáncer eran unos aliens que debían ser atacados por medio de unas armas que eran la quimioterapia. Esa solidaridad nos permitió a todos conocer una nueva forma de hacer televisión, donde ya no importaban los números, lo necesario era contar la historia, que todos vieran la realidad de una enfermedad tan común como devastadora y en eso Bárbara fue clave.
Bárbara fue una mujer luchadora, fuerte y fiel a sus convicciones y creencias, que decidió hacer de su batalla contra el cáncer una fuente de conocimiento para el resto, no sólo a raíz de la telenovela, sino que también después de esta cuando sufrió los estragos de un estado y sistema de salud ingratos, donde la cifra de ganancias al final del mes era más importante que la cifra de sobrevivientes por la enfermedad.
En días de lucha social el nombre de Bárbara se hace aún más claro y eterno, pues así como ella, hay miles por quienes luchar. Gracias a Bárbara se pudo escribir la primera telenovela en Chile sobre el cáncer y el fantasma de la muerte, una historia que se escribió con un amor real, donde cada palabra fue pensada y repensada en honor a la gran musa.
Su voz fue tan fuerte que todo Chile la reconoció como la guionista que lucha, la mujer que cuenta historias, que decidió compartir la suya para que todos comprendiéramos, para que en el futuro quienes sufran esta enfermedad espantosa no se sientan solos y quienes los rodean comprendan mejor lo que significa vivir con cáncer. Y es que muchos dicen que la mejor forma de hacer guión es contar tu vida, y sin duda Bárbara se graduó con creces.
Hoy Bárbara nos deja en cuerpo, pero su espíritu quedará siempre en nuestros corazones, especialmente de quienes la conocimos, en el caso de quien escribe me quedo con su consejo de “sé feliz, Fran, eso es lo único que importa” y lo llevaré por siempre.
Quien quiera ir a despedirse de Bárbara, su velorio será desde las 18:00 hrs en la capilla 5 del Parque del Recuerdo y mañana a las 14:00 hrs será la ceremonia en el sector A-11 del mismo lugar.