El día 2 de septiembre del año 2011 ocurrió el trágico accidente, en el cual fallecieron 21 personas, incluido el querido conductor de televisión, que no solamente logró ganar el corazón de los chilenos, sino que además, pisó los escenarios más importantes del país.
A 9 años del fatídico día, parece necesario rememorar las sentidas palabras que entregaron Gonzalo Ramírez y Paola Bontempi (hermana de Felipe Camiroaga), quienes lideraron el responso organizado en nombre de los fallecidos en el CASA 212.
Al borde de las lágrimas, Ramírez expresó: «Qué difícil hablar aunque trabajamos en esto. Tengo un problema que creo que muchos de ustedes tienen aquí, que todavía no creo que esto sea verdad. Pensé incluso que podías estar vivo, todavía lo pienso. Gracias por tu amistad y le pido al señor que lo que mas he admirado de ti como animador, que creo que fue la clave de tu triunfo fue ese rechazo que tuviste siempre con el dolor y eras capaz de transformar las lágrimas en sonrisas».
«Te queremos mucho y te exijo que hagas volar a todas los halcones que hay allá arriba, para que traigan al Cabezón y a todos los que faltan, así va a ser», agregó.
Por su parte, Bontempi comentó muy emocionada: «Somos 21 familias que compartimos el mismo dolor, y su dolor, es nuestro dolor. Su incertidumbre, la nuestra, su esperanza, la misma (…) Son tantas muestras de amor que nos hemos desbordado con tu presencia en el corazón de miles de familias, y solo podemos sentir un enorme agradecimiento. Gracias de verdad, por todo ese amor que estamos recibiendo».
En relación a su hermano, reveló: «Todo lo que hacía mi hermano lo hacía desde el corazón. Gracias por la entrega de esta, que fue su casa, y todos los que compartían su vida con Felipe, el día a día. Este no solo era su lugar de trabajo, era su segunda familia. En esta casa vivía y amaba a los suyos. Porque era más que una vocación para él, era un hogar».
Finalmente, la mujer enunció: «La muerte no puede quitar lo que el amor ha puesto en su sitio. La muerte no es una derrota cuando se cumple el destino del que mucho amo. Felipe murió en un acto de servicio, con la gente que amaba, de la profesión que amaba y a esa pequeñísima isla que amaba tanto, esta vez para cumplir su destino».